Hoy que leo en las noticias el gabinete aprueba la creación de un viceministerio del Cambio Climático, mi tristeza por mi patria dio un salto cuántico. ¿Hasta dónde vamos a llevar la farsa del cambio climático?; que no pasaría de ser otra estrategia ideal para ordeñar la vaquita estatal.
¡Por supuesto que hay cambio climático! La bufonada es que siempre lo hubo y lo habrá. El cambio está en todo. No hay nada que no cambie. El mismo universo está en cambio perpetuo. Ahora, cuando escucho a una “autoridad” hablar de la necesidad de un “marco regulatorio”, me pregunto: ¿¡De veras!?, ¿que piensan regular el clima planetario?. Siento un inmenso deseo de regresar a las cuevas.
Luego hablan de la “reducción de gases de efecto invernadero…” y mi espanto crece. ¡Van a regular los peos! Mil dólares de multa para quien suelte uno en la calle. Y me disculpan por mi forma de decir las cosas, pero todo esto rompe el ridiculómetro. Si me dijesen que van a ponerle más atención a la deforestación, a la contaminación de ríos y tal, es otra cosa.
Luego hablan de “proteger el planeta”. Eso sí me anima, si es que están hablando de combatir la ñamería y el desbocamiento de gobiernos que se meten en todo lo que no deben, mientras descuidan lo que sí deben. En Panamá, por ejemplo, no pueden siquiera tapar los cráteres en las calles o lidiar con las tuberías del “vital líquido”, pero… ¡eso sí!, vamos a lidiar con el clima planetario. ¡Esto es un circo!; pero uno de mala calidad.
Y al final del artículo que leo en la prensa, la joya de “conseguir financiamiento climático con tasas más bajas…” Ya tienen al país endeudado hasta la coronilla y quieren endeudarlo hasta la curumba del Barú.
Oración al Señor: Dios mío ayúdanos a evadir las políticas públicas que limitan nuestras posibilidades y hacen más difícil la vida, particularmente para los que menos tienen. Ilumina a quienes hablan de la apocalíptica crisis climática y líbranos de caer en las manos de politicastros que buscan nuevas formas de asaltar el erario de todos; a tal punto de que están dispuestos a endeudar a la nación para cambiar el clima que siempre ha cambiado y seguirá cambiando. Y, Señor, ayúdanos a entender, de una vez y por todas, que el mayor peligro para la humanidad nos llega por la vía de los gobiernos excedidos en tamaño y alcance que se van metiendo hasta en nuestras letrinas.
En resumen, tal vez en un futuro no tan distante la humanidad, si nos dejamos del relajo, pueda llegar a hacer cosas extraordinarias. Pero, ahorita no tenemos la capacidad de regular el clima y de meter en horma a países que no se van a dejar meter en horma y seguirán echándose peos y más peos, sonoros, gaseosos, y nauseabundos. Que hay muchas cosas en que invertir que ayudarían mucho más a todos.
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