Luego de leer el formidable escrito de Alberto Benegas Lynch, acerca del afro estadounidense Frederick Douglas , nacido en esclavitud, y quien llegó a ser “uno de los más claros y persistentes oradores y escritores del abolicionismo y de la sociedad libre”, ello me llevó a recordar algo que escribí hace muchos años acerca de otro personaje nacido en la esclavitud y quien fue compañero de Carver en el instituto Tusquegee siendo Booker el fundador de dicho instituto. Ambos genios están enterrados uno junto al otro en los predios del campus del instituto Tuskegee.
Booker T. Washington, nacido en la esclavitud, tenía 7 años al momento de la Declaración de Emancipación. Más tarde a los 11 años de edad, adquirió el primer libro con el cual se auto enseñó a leer. Booker decía: “entrar a estudiar en una escuela… sería algo así como entrar al Paraíso.” A los 16 años de edad Booker se fue caminando al Hampton Institute en Virginia a 500 millas de distancia (como caminar de la ciudad de Panamá hasta Nicaragua), con $1,50 en el bolsillo. En el Instituto logró atender clases durante el día mientras trabajaba en las noches para ganarse el sustento y albergue. Luego de graduarse, Hampton lo hizo instructor. Más adelante, en 188 Booker llegó a fundar lo que es hoy el “Tuskegee Istitute”, del cual fue su director por años, en dónde destacó la importancia de la educación y de la ética en el trabajo.
Más allá de destacar los buenos valores morales, Booker puso gran énfasis en el empresarialismo en oposición a la agitación social, como la mejor forma de éxito. Formó la Liga Nacional del Empresarialismo Negro. Booker entendía más que bien las bondades del capitalismo, a través del cual sirviendo al prójimo se sirve a uno mismo. Más aún, Booker, a pesar de agravios del pasado, no guardó rencores e hizo énfasis en los acuerdos voluntarios como manera de evitar futuras injusticias.
Hoy día quien se interese puede buscar las innumerables anécdotas o citas que nos dejó Booker T. Washington, de los cuales destaco algunos que me llamaron la atención:
- Cuando la gente actúa bajo la idea que la desventaja de unos es el bien de otros, allí hay esclavitud.
- No puedes mantener a alguien dentro de una zanja sin estar tú con el dentro de la misma.
- Hay dos formas de ejercer la fuerza propia; una es empujando hacia abajo, la otra es halando hacia arriba.
- No debemos permitir que nuestros agravios ensombrezcan nuestras oportunidades.
- Sólo el hombre pequeño atesora un espíritu de odio.
- En un estado de libertad e iluminación es que el hombre rinde el mayor y más fructífero servicio a los demás.
- Quienes puedan hacer algo que el mundo busca, al final logrará desarrollar en lo personal sin importar su raza.
- Quienes sean culpables de efectuar críticas generalizadas de los ricos, no saben la cantidad de gente que quedaría en la indigencia, y cuanto sufrirían si los ricos fuesen súbitamente desposeídos de alguna importante parte de sus riquezas a punto que ello desorganizara y lisiara la gran empresa comercial.
En fin, si algo destacan los mensajes y vida de Booker T. Washington, es que el peor enemigo de nuestro destino es uno mismo. Podremos echar toda clase de culpas a los conquistadores, a los gringos, a tal y cual, pero a fin de cuentas el timón de nuestras vidas está en nuestras manos; aún en las más difíciles de las circunstancias.
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