Un microchip no más grande que un grano de arroz, insertado en la mano de una persona, pretende revolucionar la forma de pago para crear un proceso más fluido sin contacto.
Su artífice, una empresa emergente británico-polaca llamada Walletmor especializada en implantes de pago en forma de chips, afirma que se convirtió en la primera empresa en ofrecer estos microchips a la venta en 2021. Puede utilizarse en lugar de una tarjeta de crédito sin contacto y la empresa afirma que ha vendido más de 500 de estos chips.
Una encuesta de 2021 en el informe Panorama de Pagos Europeos en 2030 encontró que el 51% de los consumidores en Europa consideraría un microchip implantado en su mano para pagar si cumpliera con ciertos criterios, particularmente en relación con cuestiones de seguridad y privacidad.
El implante basado en Near Field Communication (NFC) es un dispositivo completamente pasivo que no requiere fuente de alimentación. No emite ondas de radio y solo se activa cuando se acerca a un terminal. Los usuarios simplemente pasan la mano implantada sobre una máquina de pago para pagar artículos en cualquier lugar con sistemas de pago sin contacto ya implementados. El dispositivo se puede vincular con un proveedor de soluciones de billetera digital que permitirá al usuario mantener un saldo en la billetera y controlar los pagos a través del dispositivo. Su coste es de unos $250.
El diminuto dispositivo tiene aproximadamente el tamaño de un imperdible, con menos de 0,5 mm de grosor. Consiste en un circuito integrado y una cubierta metálica que actúa como antena y viene encerrado en una biocarcasa hermética hecha de un biopolímero, completamente seguro ya que está hecho de un tipo especial de material de grado médico.
“Hay muchos riesgos cuando pones algo dentro de tu cuerpo. Debido a esto, realizamos una variedad de pruebas médicas para garantizar que no cause reacciones adversas. El dispositivo y los materiales de los que está hecho han superado todos los procedimientos médicos que prueban la inflamación, la toxicidad, etc. Incluso probamos el dispositivo con calor para asegurarnos de que sea completamente biocompatible”, dijo Wojtek Paprota, fundador y director ejecutivo de Walletmor.
El implante se puede insertar en uno de los 100 proveedores de instalación certificados de Walletmor, que incluyen hospitales, clínicas y centros de modificación corporal.
Estos centros registrados están presentes en Reino Unido, Estados Unidos y toda Europa en países como Francia, Alemania, España, Portugal, Polonia, Noruega, etc.
No se puede negar que los avances tecnológicos harán que los procesos de pago sean cada vez más fáciles y rápidos. También se puede ver como una puerta de entrada a una nueva era de biohacking: una versión de bricolaje de la edición de su cuerpo para mejorar el rendimiento físico y cognitivo.
Pasará un tiempo antes de que los microchips se generalicen. En primer lugar, debe haber más confianza en las empresas que los desarrollan, y debe haber garantías de que se respetará la privacidad de las personas. Dicho esto, un microchip en la mano utilizado para pagos sin contacto presenta un interesante caso de estudio inicial en la nueva ola de pagos sin contacto.
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