En 1971, C. Jackson Grayson lideró la Comisión de Precios durante el congelamiento decretado por Nixon y relató sus experiencias y fracasos sobre el control de precios, en Confessions of a Price Controller. Allí advirtió que:
- Tratar de regular millones de precios con una burocracia humana es una misión imposible.
- Las normas fueron arbitrarias y contradictorias, generando caos administrativo.
- El control distorsiona los mercados, suprime inversión e innovación, y dirige la economía hacia la burocracia, no hacia el bienestar ciudadano.
Hoy su advertencia resuena con fuerza ante el control de precios que como oleada, resurgen en países desarrollados: desde Estados Unidos hasta Europa y Centroamérica.
Tendencias globales en 2025
1. Estados Unidos: medicamentos bajo control
Durante la administración Biden y confirmada bajo Trump en 2025, se adoptaron medidas para fijar precios de medicamentos esenciales (insulina, monoclonales). Aunque buscan bajar costos, críticos advierten que:
- Podrían disminuir la innovación farmacéutica,
- Recaerían en fuertes disputas legales,
- Funcionan como un control encubierto de precios con riesgos de efectos adversos
Grayson habría advertido lo obvio: menos ingresos, menos I+D, menos avances médicos.
2. Europa: energía y alimentos bajo corte regulatorio
El debate sobre inflación ha llevado a Europa a considerar nuevamente controles de precios:
- Hungría limitó márgenes en alimentos básicos al 10%, medida replicada por Croacia, Bulgaria, Grecia y Eslovaquia, como reacción a protestas sociales por alza de precios .
- La UE estudia volver a imponer tope al gas, bajo la presión de industrias afectadas por aumentos desde la guerra en Ucrania.
- En el Reino Unido y Polonia, persisten congelamientos en electricidad y gas, traducidos en costos para las arcas públicas y mercados distorsionados.
Aunque justificadas como medidas sociales, estas intervenciones causan:
- Escasez y reducen oferta,
- Desincentivan inversión en energía,
- Y crean una carga fiscal que recae en los contribuyentes.
3. EE.UU. municipales: control de alquileres y más
En Nueva York, la propuesta progresista conocida como “Zohranomics” plantea congelar alquileres en un millón de viviendas, abrir supermercados estatales e incluso transporte público gratuito.
- Economistas alertan sobre riesgos de desinversión, fuga de capitales y escasez de viviendas.
Grayson lo anticipó: los controles pueden asistir algunos sectores, pero tienden a generar efectos negativos en el mediano plazo.
Lecciones de Grayson aplicadas hoy
- Complejidad implacable: los mercados se mueven demasiado rápido para controlar cada precio.
- Confusión normativa: reglas arbitrarias llevan a burocracias ineficaces.
- Carga administrativa: formularios fallidos, protocolos mal diseñados, burocracia inflada.
- Efectos perversos: menos oferta, menor innovación y mercado manipulado.
- Deslizamiento ético: el control se convierte en excusa para el dominio estatal.
Grayson ya vio estas dinámicas en 1971; ahora volvemos a repetirlas.
Conclusión de orden liberal y práctica
El control de precios resurge como medida temporal ante inflación o crisis. Pero si algo enseñó Grayson es que tales controles:
- No solucionan el problema básico —como la falta de ingresos reales o distorsiones estructurales—,
- Pueden convertirse en trampas institucionales difíciles de desmontar,
- Y socavan la autonomía del individuo y del mercado.
La alternativa correcta no es legislar más precios, sino:
- Fomentar competencia,
- Facilitar transparencia,
- Estimular producción real e inversión,
- Reforzar esquemas de protección social desvinculados de controles.
El pasado nos advierte: sin corrección de fondo, sin diversidad económica y sin límite ético, las intervenciones vuelven maneras prolijas del abuso. La verdadera recuperación requiere menos controles y más libertad.
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