La comunidad Amish, conocida por su estilo de vida tradicionalista y apartada de la modernidad, ha captado la atención de los analistas políticos en Estados Unidos, particularmente en Pensilvania, un estado clave en las elecciones presidenciales. Esta población, que se estima en más de 92,000 personas solo en Pensilvania, podrían haber tenido un impacto decisivo en las urnas dada su activa participación.
La relación histórica de los Amish con la política
Tradicionalmente, los Amish prefieren mantenerse al margen de la política. Sus principios religiosos, centrados en la paz y la separación del mundo secular, han dictado su baja participación electoral a lo largo del tiempo. Las enseñanzas Anabaptistas que siguen promueven la no violencia y el rechazo de cualquier forma de coacción, lo que se extiende a las estructuras de poder gubernamental. Como resultado, muchos Amish han visto el voto como un acto que contradice sus creencias.
Sin embargo, ha habido momentos en los que se ha registrado un aumento en su participación política, especialmente cuando se sienten amenazados por políticas que perciben como invasivas para su forma de vida. Un ejemplo destacado fue en 2004, cuando la visita de George W. Bush a condados como Lancaster en Pensilvania impulsó una participación mayor del 13%. Desde entonces, la movilización ha fluctuado, con cifras de solo un 7-8% en 2016 y 2020
La campaña para captar el voto Amish
En las elecciones recientes, los republicanos han redoblado esfuerzos para captar el apoyo Amish. Activistas conservadores, como Scott Presler de Early Vote Action, han organizado campañas específicas, desde visitas puerta a puerta hasta discursos en mercados agrícolas. Estos esfuerzos buscaron vincular las políticas de Donald Trump con los valores Amish, resaltando la defensa de la libertad religiosa, la autonomía personal, y la oposición a regulaciones como las vacunas obligatorias
Un factor clave en esta estrategia ha sido el fomento del voto por correo. Dado que los Amish dependen de sus carruajes de caballos y a menudo tienen horarios laborales extensos, este método reduce las barreras logísticas y ofrece una forma de votar más discreta, lo cual es atractivo para una comunidad que valora la privacidad. Sin embargo, han persistido las reticencias, a pesar de un inusual aumento en las votaciones del martes. Muchos Amish sienten que registrar su nombre para votar es como “firmar un cheque en blanco” al gobierno, lo que genera desconfianza.
Otra de las razones por las cuales impacta la movilidad de los Amish para estas elecciones fue el hecho de dedicar un par de días a actividades propias como casarse. Como de octubre a marzo hay poco o ningún trabajo agrícola, aprovechan el tiempo libre para celebrar bodas, que se celebran los martes o jueves debido a la disponibilidad de carretillas. Ello significaba que las parejas Amish podrían haber estado demasiado ocupadas para acudir a las urnas el martes.
Pero sí lo hicieron. Analistas suponen que otro fuerte incentivo para que los Amish votaran por Trump fue el trato que recibieron las granjas lecheras locales. La granja de un amish, Amos Miller fue allanada por funcionarios estatales en enero por vender leche no pasteurizada. Además, se le prohibió vender leche cruda, una práctica muy popular entre los Amish.
El congresista Smucker dijo que el caso Miller era sólo un ejemplo de la reacción de los Amish contra los funcionarios. Y añadió: “No quieren ninguna intrusión del gobierno y hay muchos ejemplos en los que se les exige que hagan cosas que preferirían no hacer”.
En un mitin en Pensilvania, el activista Scott presler se hizo eco de estas preocupaciones de los Amish sobre la leche y la religión. Y les dijo: “A nuestros hermosos Amish en Lancaster y en todo el estado, protegeremos su derecho a la leche cruda, sus productos lácteos, su agricultura, su elección de escuela, su libertad religiosa, su capacidad de permitirse el lujo de tener diez hermosos hijos por familia”.
Consistencia con los principios Amish
El debate sobre si es consistente con los valores Amish participar en las elecciones sigue siendo un tema de discusión. Si bien algunos líderes y miembros de la comunidad ven el acto de votar como una necesidad para proteger sus derechos y estilo de vida, otros continúan rechazándolo por razones morales. La decisión de votar o no se convierte así en un dilema: ¿defender sus intereses terrenales o mantenerse fieles a la doctrina de evitar involucrarse en asuntos políticos?
Implicaciones para las elecciones
Aunque los Amish representan una pequeña fracción del electorado, el marketing de su voto contribuyó a inclinar la balanza hacia Trump, en un estado como Pensilvania, donde los márgenes de victoria han sido estrechos. La movilización logró aumentar significativamente la participación Amish, especialmente en zonas rurales, lo que les dió un impulso a los candidatos republicanos. Esta es una razón por la cual la campaña de Trump y otros conservadores le pusieron tanto énfasis en cortejar este voto y contabilizarlos afirmativamente este martes.
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