El anuncio de Visa sobre su programa piloto con stablecoins para pagos transfronterizos marca un posible punto de inflexión en la infraestructura de pagos globales. La iniciativa, que permite a bancos y entidades financieras usar monedas estables como USDC o EURC para prefinanciar transferencias internacionales, abre la puerta a un sistema más ágil, menos costoso y con menor dependencia de intermediarios tradicionales. Para países como Panamá, que dependen casi por completo de la banca corresponsal estadounidense, el impacto potencial puede ser significativo.
El sistema legacy: SWIFT y la banca corresponsal
Hoy en día, la gran mayoría de las transferencias internacionales se liquidan a través de SWIFT y de la red de banca corresponsal. Este mecanismo, vigente desde hace décadas, implica que los bancos de un país deben mantener cuentas prefondeadas en bancos de otro país para procesar pagos en diferentes monedas.
El modelo funciona, pero con costos:
- Altos tiempos de liquidación, que pueden ir de uno a tres días hábiles.
- Comisiones elevadas, que en muchos casos se trasladan al usuario final.
- Dependencia política y regulatoria: países como Panamá, dolarizados y sin banco central propio, dependen de bancos corresponsales en Nueva York para mover dólares hacia el exterior. Esto los hace vulnerables al “de-risking” (cuando bancos internacionales cierran relaciones por riesgo reputacional o regulatorio) y a presiones externas.
Qué propone Visa con las stablecoins
El piloto de Visa busca desintermediar parcialmente ese sistema. En lugar de tener que mantener cuentas prefondeadas en múltiples jurisdicciones, las entidades financieras podrían:
- Usar stablecoins para liquidar pagos casi instantáneamente, 24/7.
- Reducir los costos operativos y de intermediación.
- Minimizar la exposición cambiaria al trabajar con monedas digitales ligadas al dólar o al euro.
En términos simples, Visa crea una capa alternativa de pagos globales donde las stablecoins funcionan como “efectivo digital” para las transferencias internacionales.
Impacto sobre la banca corresponsal
No significa la desaparición inmediata de la banca corresponsal, pero sí un cambio en las reglas de juego. Con stablecoins, los bancos locales pueden reducir su dependencia de corresponsales para ciertos flujos, obligando a los actores tradicionales a modernizarse o a abaratar costos.
Para SWIFT y la red legacy, este tipo de iniciativas son una competencia directa en velocidad, eficiencia y disponibilidad horaria.
Panamá: ¿riesgo o oportunidad?
El caso panameño es paradigmático. Al no tener banco central ni moneda nacional, el país depende enteramente de bancos corresponsales en EE. UU. para cursar pagos internacionales en dólares. Eso implica:
- Altos costos de operación.
- Riesgo de exclusión financiera internacional, si corresponsales reducen su exposición.
- Limitada autonomía en la gestión de flujos financieros.
La adopción de sistemas como el de Visa podría brindar a Panamá:
- Mayor autonomía operativa en pagos internacionales.
- Menores costos para comercio, banca local y remesas.
- Una vía de escape parcial a la dependencia casi absoluta de bancos en Nueva York.
No obstante, los riesgos son reales:
- Se necesita un marco regulatorio claro sobre stablecoins y prevención de lavado.
- La confianza en los emisores de stablecoins aún no está consolidada, con antecedentes de colapsos.
- Una adopción apresurada podría tensionar la relación con corresponsales tradicionales.
El piloto de Visa con stablecoins no elimina de inmediato el sistema tradicional, pero sí abre una alternativa concreta a décadas de dependencia en la banca corresponsal. Para Panamá, que vive en la intersección de la dolarización y el comercio internacional, esta puede ser una oportunidad histórica para diversificar su infraestructura de pagos y ganar autonomía.
La cuestión no es si las stablecoins impactarán los pagos globales, sino cuándo y bajo qué reglas. El reto para Panamá será adelantarse, con regulación y estrategia, para convertir este cambio en una ventaja competitiva y no en una fuente de vulnerabilidad.
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