El CEO de Blockchain.info, Peter Smith predijo en una entrevista a la CNBC hace dos días, que el 2018 será el año que los bancos centrales tendrán como reserva de valor en sus balances, junto al oro y moneda extranjera , a una variedad de criptomonedas.
La idea en realidad no es tan descabellada, al fin y al cabo, la Capitalización Bursátil total (el market cap) hoy día de las criptos es la nada despreciable suma de: $591.273.187.925
A esta altura negar o despreciar las transacciones hechas mediante criptomonedas sólo contribuye a demorar decisiones que pueden implicar permanecer o desaparecer. Ello no significa un consejo para ingresar al mundo del trading tan de moda ahora mismo, sino observar, analizar y tomar decisiones informadas y desapasionadas. En la ola dot.com, no todas las empresas que apostaron fuerte a la www, ganaron. Muchas, demasiadas , perdieron todo muy rápido; y otras sólo estuvieron a pérdida durante años para luego quebrar definitivamente; pero otras tantas son hoy las que dominan el mercado, como Amazon o Google. El mercado es un proceso de descubrimiento y como tal, equivocarse, acertar, caer, subir, son alternativas válidas en un mercado que voluntariamente intercambia y por lo tanto, poniendo en este contexto lo que sucede en el volátil mercado de las criptomonedas podemos concluir que es un proceso lógico y quien descubra en este “mar de ignorancia” lo que realmente demanda el mercado, se llevará el premio mayor. Como ha sucedido siempre en la historia de la humanidad.
Dicho esto, regresemos a lo sostenido por Peter Smith y revisemos rápidamente la actitud de los bancos centrales y países hacia el mundo Blockchain en general y las criptomonedas en particular.
En general, hay dos aproximaciones: una, es la que se acerca a blockchain con cierto grado de escepticismo y en realidad lo que se hace es permitir cierta exploración pretendiendo en realidad controlar su destino; y la segunda aproximación es donde se alientan los nuevos desarrollos en blockchain porque se comprende la tecnología y ante ello se muestran partidarios y dispuestos a jugar con estas nuevas reglas del juego. Porque en última instancia hace más operativos a los gobiernos y eso mantiene a los ciudadanos menos irritados (tesis de Dubai ).
Entre los primeros países se encuentran China y los Estados Unidos principalmente. En el segundo, Suiza, Estonia, Japón, Singapur, Gibraltar y Rusia, este útimo un converso, dado que inicialmente estaba en el primer grupo.
Con respecto a las monedas digitales , ahí ya cambia un poco la cuestión y no todos los países están pensando en colaborar con las criptos, que al fin y al cabo, surgieron para cortar el statu quo del aparato estatal centralizado y controlador de la emisión.
En general podríamos definir el panorama mundial en: Blockchain aceptable, criptomonedas mejor NO.
La excepción en este sentido es Japón con la plena aceptación legalizada del uso del Bitcoin , reconocido como método de pago o intercambio legal. Hay otros países que sin legalizarlo, aceptan su uso incluso para pagos de impuestos (Zug, Suiza) o de servicios (Australia, con El Living Room of Satoshi). El resto de países lo toleran en su gran mayoría, y otros lo prohíben directamente, como Vietnam, Rusia, India, Tailandia, Bolivia y otros.
Así y todo, existen monedas relacionadas a países, aunque no están reconocidas por ningún gobierno en forma oficial y fueron inicialmente emitidas a la sombra de la fama creciente del Bitcoin. Las más conocidas son el Auroracoin, la criptomoneda nacional de Islandia, y se encuentra en operación desde 2014. ScotCoin es la criptomoneda de Escocia. Fue fundada en 2013 como una alternativa al sistema tradicional. BitARS pertenece a Argentina. Es la criptomoneda nacional más reciente, es un token derivado de Bitshares, no existe mayor información aún. La pesetacoin, que como no podía ser de otra forma, proviene de España, y su nombre se origina en la antigua moneda española antes de adoptar el euro. Fue diseñada en 2014. Francia también cuenta con su propia cripto, Francs, inspirada en Bitcoin y con 11 millones en circulación. El Inkacoin, proviene de Perú, y su lanzamiento se realizó en 2013.
Y luego existen muchísimas más criptomonedas ligadas a ciudades o comunidades con un propósito específico, que tienen muchísimo éxito, como el Hullcoin, ligada a Hull , una pequeña ciudad del condado de Yorkshire, Inglaterra.
Hasta aquí, han sido monedas creadas por la iniciativa privada. Veamos ahora qué sucede en el sector público, qué están pensando los bancos centrales del mundo con respecto a emitir una moneda con características criptográficas.
En Estados Unidos, la FED a través de uno de sus integrantes manifestó que mejor esto lo dejaban en manos privadas.
La eurozona está más preocupada por “el bitcoin y sus vínculos con la evasión fiscal y el delito que crean riesgos importantes” y el Bundesbank ha propuesto para contrarrestar esta situación desarrollar una moneda digital propia . Y le prohibieron avanzar en ese sentido a Estonia, que ya cuenta de facto con su propio desarrollo cripto.
El Banco central de China controla absolutamente toda la actividad relacionada a las criptomonedas y desarrolla una propia desde el 2014. Actualmente ha prohibido casi todas las operaciones con monedas criptogtáficas.
En Octubre de este año , el presidente ruso Vladimir Putin declaró oficialmente que Rusia emitirá su propio ‘CriptoRublo’ .
Paralelamente en Venezuela , Maduro anunciaba su propia criptomoneda, el Petro. Independientemente de la credibilidad o seriedad con que cada uno se tome la noticia, la realidad es que existió de facto el reconocimiento al Bitcoin y la comprensión de que “algo debe hacerse” en ese sentido.
Inglaterra, a través de su Banco Central, exploró hace más de un año la posibilidad de una criptomoneda, el RSCoin. No hay muchos avances, al menos conocidos.
Canadá y Suecia están en la senda de investigación sobre la posibilidad de emitir una criptomoneda oficial; la primera ya tiene una versión, el CADCoin y la segunda, el Riksbank, el banco central de Suecia, está en investigación también.
Resumir en pocas palabras la cantidad de proyectos en el mundo es difícil y posiblemente injusto para muchos desarrollos privados que están ganando atención en el campo de las monedas digitales; sin embargo, la idea es encontrar un punto de conexión entre lo que predice Peter Smith y las realidades por donde andan los bancos centrales ; y debemos concluir que sí es posible que tenga mucha razón: entre la capitalización total del mercado de las criptomonedas, y los movimientos, tanto privados como oficiales, para desarrollar e implementar una moneda propia, son muchos y no pueden ignorarse; los bancos centrales tienen dos tipos de problemas que solucionar: el primero es qué hacer respecto al surgimiento y crecimiento de criptomonedas privadas, que a medida que el Bitcoin cotiza a números escandalosos, más espacio para la adopción masiva. La segunda cuestión es si emitirán versiones oficiales.
En 2016, entidades financieras como UBS, BNY Mellon, Deutsche Bank, Santander y NEX junto a la ‘startup’ Clearmatics anunciaron la creación del proyecto Utility Settlement Coin (USC).
Su objetivo es preparar a los bancos centrales para que el día de mañana puedan tener sus propias criptodivisas, asegurando así unas transacciones mucho más rápidas y seguras. Recientemente se han unido a la iniciativa nombres como Barclays, CIBC, Credit Suisse, HSBC, MUFG y State Street. Por el momento, nadie se atreve a hablar de fechas concretas. Y si no pueden lograr ninguno de las objetivos mencionados, entonces quizás la única opción de descarte sea permitir el ahorro o dejar que los bancos supervisados compongan su cartera como mejor les parezca de acuerdo a su riesgo. Y allí es donde cuadra lo manifestado por Smith: para el 2018 muchos bancos tendrán sus balances con posiciones en criptomonedas.
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