Acabo de leer un escrito de Ford Smith en el Mises Wire, intitulado “el gobierno es una estafa”, lo cual, seguramente, dejará a muchos turulatos; pero bien vale la pena prestar atención ya que como andan las cosas en nuestro y otros patios, los gallotes revolotean la carroña. ¿Cómo es que tantos “sindicatos” en Panamá creen que cerrando calles se arreglan sus problemas sociales o, aún los suyos personales? O, el caso reciente en Nueva York en dónde están cercanos a elegir un alcalde comunista y antisemita que promete un gobierno a la Cuba en la metrópolis del capitalismo. La respuesta a tal misterio les puede dejar patidifusos: Lo que hemos tenido en Panamá y tienen en tantos países, y EE.UU. no se escapa, no es “gobierno” sino una casta élite ignorante o, simplemente perversa, que ha buscado acomodo histórico en contra del Arrabal; en algunos sitios más y otros menos.
Y sí, en Panamá me estoy refiriendo al llamado “Arrabal” que existía fuera de las murallas o “intramuros” de la antigua ciudad de Panamá en 1678, hoy conocida como San Felipe. La realidad es que hoy y siempre hemos hecho parodia del Preámbulo constitucional que comienza cacareando
“con el fin supremo de fortalecer la Nación, garantizar la libertad…”;
Y la pregunta que gime ser aclarada es: ¿¡A qué rayos llamamos “libertad”!?, ya que lo que hoy tenemos no es tal. ¿Creen que podemos llamar “libertad” a gobiernos enquistados hasta las coronillas en el mercado? Gobierno son unos pocos, mientras que mercado somos todos; y los dos jamás se deben confundir. Pero, ¿cómo catalogar cierres viales delictivos?, en los cuales los manifestantes se pasean con pancartas que leen:
“exigimos que venga el gobierno a resolver nuestros problemas”.
¿Cómo fue que los pobladores del Arrabal, situado fuera de las murallas del antiguo “Intramuros” de la vieja ciudad de Panamá llegaron a creer que “los gobiernos” eran sus aliados? Muy triste que las gallinas llegasen a ver a los zorros como amiguitos que están dentro del gallinero para cuidarlas y resolver sus problemas. La respuesta a la pregunta planteada es penosa. Y es que, si te pasas 500 años con eso de “robó pero le dio al pueblo”, nada raro que los pobladores del Arrabal se hayan vuelto adictos a las migajas. Y… quienes no adviertan que, en Panamá, con rarísimas excepciones, lo que hemos tenido a través de nuestra historia son parodias de gobierno, viven del engaño; ya sea, hacia los demás o hacia sí mismos.
Y quizá el caso más y penoso de esta verdad que les pinto es el del llamado MEDUCA, ese que NODUCA y que pocos ven y entienden que dicha “institución” es una herramienta en el Intramuros para mantener serviles a los del Arrabal; serviles a sus bestiales y zorrunos instintos.
Hoy, que la humanidad se asoma a un futuro fabuloso e inimaginable, en el cual ya podemos convertir a todos los niños en genios, seguimos aferrados al bestial NODUCA; y eso es abominable. Y es que el secreto de la riqueza humana no está en la centralización, y menos cuando la misma se centra en una jauría del Intramuros que… o no entiende que la riqueza humana anda dispersa entre toda la población o peor, que lo saben e igual lo persiguen; tal como ocurre con los sindicatos.
Y lo más triste es que el centralismo o Intramuros lo hemos grabado en Constitución; y si alguno lo duda no tiene más que leer el Artículo 284 y otros más.
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