A través de la historia la educación nunca fue vista como una actividad gubernamental; tristemente, son pocos los que entienden qué y para qué son los gobiernos y, mucho menos ¿qué es educar? En términos simples, gobernar no es hacer las cosas por la gente sino ver que la población haga las cosas sin que sean violadas las normas de convivencia humana.
Pero, hasta el velar por la no violencia y, en general, por la trampa, no requiere necesariamente la involucración directa estatal a través de sus gobiernos; ejemplo que lo vemos en la gran cantidad de personas que contratan servicios de seguridad privada. Ante ello, algunos dirán: ¿y qué de los pobres, que no pueden pagar por una seguridad privada? Y… ¿cómo les va con la seguridad centralizada que se paga más cara que la privada?; igual que la educación estatal que es más cara y no educa. Y es en esto que debemos enfocarnos, en cómo logramos que sea el pueblo quien pesque y no los corruptos políticos.
Acabo de leer un artículo de Karl Streitel en dónde pregunta si, ¿cuándo vuestros hijos asisten a los claustros que llaman “públicos” sienten que la escuela es algo que se hace para ellos y no a ellos? O, ¿cuántas veces han llegado tus hijos de la escuela fascinados con la experiencia? O, ¿si tus hijos se sienten respetados por la escuela? Difícil pensar que hay respeto cuando no logran educarse.
O está la falaz idea que un timbre de clases marca el momento en el que los chicos están dispuestos al aprendizaje. ¿De verás que no hay mejores formas de educar mediante la emoción?; esa que es el motor indispensable para el aprendizaje. Todos los animales, incluyendo al animal humano, aprenden jugando y no cuando suena el timbre.
O, que el gobierno y sus políticos torcidos nos tienen que obligar en salarios mínimos, en descuentos a viejitos, a usar máscaras o meternos inyecciones venenosas y tantísimo más. Lo único que estamos logrando con todo ese corrupto sistema que osan llamar gubernamental educativo es crear parásitos de los pillos políticos. ¿De veras que no vemos por qué los problemas de la juventud van en aumento? ¿Cómo no va a ser, cuando ni siquiera se promueve y respeta a la familia?
Otra perversión educativa es el sistema de notas, que si A o C o de 1 a 5 o lo que sea. Hoy día se sable que los exámenes y las notas no son para calificar a los niños sino para que los que se suponen son educadores sepan por dónde van sus estudiantes y puedan ayudarlos. Los sistemas modernos de educación AI sólo usan las notas para saber qué deben repasar los niños. Y… ¡por supuesto! que no todos sacarán A. Marcar a un niño con D es estúpido y no es educar. Pregúntenme a mí que fue de los últimos en toda mi escuela primaria y más de la mitad de secundaria. A todo ello se le conoce como “agresión emocional”.
Y, a fin de cuentas, tenemos gobiernos con su MEDUCA o, mejor dicho NODUCA, que mienten a los padres; en tantas maneras que ni puedo entrar aquí en ello; a más del ejemplo que en los EE.UU. hoy día muchas escuelas les esconden a los padres que sus hijos han decidido cambiarse de sexo y les están administrando hormonas y tal.
En resumen, lo que más importa es el respeto, y es lo que menos imparten los gobiernos y el NODUCA.
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