Hay opinólogos, los opinólogos son las personas expertas en dar su opinión de todo aunque no sean expertas y cobran por eso. El economista premio Nobel Joseph Stiglitz es uno de éstos. Ahora acaba de meter su cuchara en el tema de la independencia catalana. Predeciblemente Stiglitz, que forma parte del grupo de Soros, opuesto al Brexit, ahora declara que un Catalanexit sería bueno para Cataluña, porque podría recuperar rápidamente la competitividad y el equilibrio comercial. En otras palabras, sin Euro, el gobierno Catalán podrá devaluar la moneda a su voluntad destruyendo a los ahorristas catalanes y bajando los salarios para poder vender más baratos bienes y servicios y mano de obra. Estamos seguros que una de las razones por las cuales los bancos catalanes están corriendo a mudarse a otros lugares de España es que tanto sus juntas directivas como sus ahorristas saben esto y huyeron como almas que llevan el diablo.
Don Joseph Stiglitz dice que Islandia es el ejemplo de que un país pequeño en Europa puede sobrevivir bien fuera del Euro y la Unión Europea. Curioso que sus amigos del grupo Soros no usaran este ejemplo antes para apoyar el Brexit. Porque Islandia al igual que el Reino Unido son islas entre Europa y Norteamérica, y los británicos, a diferencia de los catalanes estaban fuera del Euro, así que en caso de quedarse fuera de la Unión Europea no tienen que improvisar una moneda de la nada como van a tener que hacer los catalanes. Y con ello interrumpir miles de obligaciones pactadas en Euro, como préstamos, depósitos bancarios, seguros de vida. El ejemplo de Islandia tampoco tiene que ver mucho en la parte política. Los islandeses son menos de 350,000 vikingos, una población homogénea con partidos centristas y pragmáticos y una larga tradición democrática.
Catalunya en cambio va a tener un serio problema. Los partidos del centro, socialdemócratas como el PSOE son unionistas. Y la política nacionalista catalana está dividida entre la derecha nacionalista burguesa de Convergencia y Unión y una larga sopa de letras de partidos de izquierda marxista antisistema con una tradición que data de la Guerra Civil Española. La agenda separatista parece estar dominada por estos últimos aunque sea ejecutada desde el poder por los primeros. Sin el centro unionista, una Cataluña independiente corre el riesgo de caer en una guerra civil entre nacionalistas y marxistas antisistema y convertirse en la Venezuela de Europa. La política catalana no se parece nada a la islandesa o a la británica. Stiglitz opina sin tomar en cuenta este aspecto vital.
Luego está el problema de los inmigrantes. Cataluña está llena de inmigrantes castellano parlantes de otras regiones de España. ¿Qué va a pasar con ellos? ¿Serán ciudadanos de segunda? ¿Dejarán de hablar castellano para hablar catalán? Cuando cayó el Imperio Alemán en 1918, muchos alemanes étnicos quedaron viviendo en Checoeslovaquia. Eso fue motivo de fricción entre los dos estados y una de las razones por la cual Hitler invadió la República Checa en 1938. Luego en 1945, los checos tuvieron que hacer una brutal limpieza étnica de germano parlantes que vivían en su territorio con saldo de miles de muertos. Cuando cayó la URSS millones de rusos étnicos terminaron viviendo en Estonia, Latvia, Ucrania, Kazajstán. Hoy el tratamiento de los rusos étnicos es un motivo de fricción entre estos estados y Rusia. Rusia terminará en guerra con algún de estos estados. ¿Pasará algo similar entre España y una Cataluña independiente?
Como ya lo vimos en Las Ramblas, Cataluña tiene también muchos inmigrantes musulmanes, muchos de ellos se están radicalizando. ¿Realmente piensan que los islamistas van a dejar a Cataluña tranquila si dejan de ser parte de España cuando ellos quieren retomar el Al Ándalus? ¿Piensan que pueden afrontar estos problemas solos? Estos son problemas que Stiglizt ignora, al pretender comparar un país homogéneo como Islandia a Cataluña.
Luego está el tema de la separación en sí y los métodos usados. Islandia fue una colonia danesa. Los daneses han ido cediendo de manera pacífica la autonomía e independencia a sus dominios. Noruega, Islandia fueron dominios daneses, ya no. Dinamarca usualmente les ha dado autonomía, y luego soberanía, algo similar está pasado ahora con Groenlandia. Los españoles no tienen una tradición similar. España a lo interno se ha manejado de manera autoritaria casi toda su historia y los españoles casi nunca ha cedido de buena fe la autonomía y luego la independencia a sus colonias o regiones. Y no parecen estar dispuestos a hacerlos ahora mismo. Eso crea un enorme potencial para la violencia que la manera apresurada como los catalanes quieren lograr su independencia puede hacer muy probable. Los catalanes quedarían fuera del Euro, fuera de la Unión Europea y probablemente fuera de la ONU, con una España hostil controlando sus fronteras y gran parte de su territorio. Los españoles no van tolerar que se divida su territorio de buenas maneras. Se puede terminar como Yugoeslavia en una guerra étnica o por menos incomunicado, con minorías castellanoparlantes que se identifican con España y musulmanes cada vez más radicalizados. ¿Se parece a Islandia, verdad?
Dejemos algo en claro, los catalanes tienen derecho a separarse de España, como Panamá se separó de Colombia, los estados no están escritos en piedra. Pero un proceso independentista dirigido por un partido nacionalista burgués corrupto y aplaudido desde la calle por sindicatos, partidos y ONGs marxistas antisistema hecho de manera apresurada, sin tomar en cuenta los aspectos negativos sobre todo en lo económico, puede terminar en desastre. Otra guerra de los gatos contra los ratones como la de 1715.
Stiglitz no sería Stiglitz si no opinara sobre esto, ¿verdad? Que fácil hubiera sido simplemente abstenerse de opinar sobre algo que está candente en lugar de echarle leña al fuego. Pero tal como opinó de la Argentina de los Kirchner, de la Venezuela de Chavez y sobre los papeles de Panamá, era algo seguro de esperarse de este sujeto.
Todo por la intransigencia de no permitir un referéndum para conocer la verdadera opinión de la mayoría de los catalanes. Ahora ambos bandos dicen contar con la mayoría y solo les quedará el camino de la violencia para saberlo. Cuánta falta hace Salomón!.