El destacado disidente chino y ganador del Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, murió de cáncer de hígado después de ser trasladado al hospital de la prisión sólo después de que su enfermedad ingresara en las etapas finales. Tenía 61 años.
El diagnóstico tardío de Liu y el rechazo del Partido Comunista Chino para permitirle viajar al extranjero en libertad condicional médica, provocaron una generalizada ira pública, dado que los gobiernos de Alemania y Estados Unidos le ofrecían el mejor tratamiento posible.
En el momento de su muerte, Liu estaba cumpliendo una condena de 11 años de prisión por ‘incitación a subvertir el poder estatal’, debido a sus artículos online promoviendo la democracia y el gobierno constitucional. Eso incluía la Carta 08, un documento que fue firmado por más de 300 destacados académicos, escritores y activistas de derechos humanos en todo el país.
En él, el ex profesor de literatura convocó a los ciudadanos chinos interesados en unir esfuerzos para lograr el cambio, dada una creciente pérdida de control por el Partido Comunista y aumento en la hostilidad entre las autoridades y la gente común.
‘Entre las grandes naciones del mundo, China, por sí sola, todavía se aferra a un estilo de vida político autoritario’, dijo la Carta, traducida al inglés por el profesor de Estudios Asiáticos de California Riverside, Perry Link.
‘Como resultado, ha causado una cadena ininterrumpida de desastres entre los derechos humanos y crisis sociales, frenado el desarrollo del pueblo chino y obstaculizado el progreso de la civilización humana’.
La Carta solicitaba un uso genuino de la Constitución e instituciones que defienden el imperio de la ley, las reformas democráticas y los derechos humanos, advirtiendo la tragedia en medio de crecientes tensiones sociales en ausencia de tales reformas.
Antes de la Carta, Liu se desempeñó como presidente del Centro Chino Independiente PEN , un grupo de escritores chinos , desde el año 2003 al 2007, además de dirigir la revista China Democrática desde mediados de los años noventa.
Silla vacía en Oslo
Él fue la tercer persona a la que le fue concedido el premio Nobel de la Paz mientras estuvo en prisión o detención, y fue representado en la ceremonia de premiación en Oslo en diciembre de 2010, por una silla vacía.
Nacido en Changchun, en el noreste de la provincia de Jilin, Liu fue llevado por su padre a la Mongolia Interior en 1969, cuando los intelectuales de toda China fueron enviados ‘al campo’ durante la Revolución Cultural de Mao Zedong (1966-1976), e inicialmente trabajó como agricultor.
Pero con el restablecimiento de las universidades de China, Liu se unió al resto de su generación en ir a la universidad, obteniendo el ingreso en Literatura China en la Universidad de Jilin en 1977, y recibió su maestría de la Universidad Normal de Beijing, donde comenzó a dejar su marca en círculos literarios e ideológicos debido a sus opiniones radicales.
Continuó dando conferencias en la misma universidad después de obtener su doctorado, y fue profesor visitante en la Universidad de Columbia, la Universidad de Oslo y la Universidad de Hawai.
Sus libros fueron prohibidos en China poco después del movimiento pro-democracia liderado por estudiantes en la Plaza Tiananmen en 1989.
Liu fue arrestado por la policía dos días antes de que la Carta se hiciera pública el Día de los Derechos Humanos en 2008, y fue detenido formalmente el 23 de junio de 2009.
Sus abogados dijeron que el caso en su contra fue en su mayoría construido alrededor de seis artículos que publicó desde 2005, así como su participación en la redacción y promoción de la Carta 08.
Los artículos aparecieron en los sitios web de noticias extranjeras, incluyendo China Observer y la BBC, e incluyen títulos como “China’s Dictatorial Patriotism,” “The Many Facets of Chinese Communist Party Dictatorship,” y “The Negative Effects on World Democracy of the Rise of Dictatorship.”
El arresto domiciliario de la esposa de Liu
La acusación describía los crímenes de Liu como ‘enormes’, acusándolo de ‘usar rumores y calumnias para derrocar al sistema socialista’.
Fue declarado culpable el 25 de diciembre de 2009 por los cargos de ‘participar en actividades de agitación, tales como la difusión de rumores y la difamación del gobierno, dirigida a la subversión del Estado y derrocar el sistema socialista’ y condenado a un período de 11 años de prisión, que sirvió mayormente en Liaoning, lejos de sus amigos y familia establecidos en Beijing.
Después de que su premio Nobel de la Paz fue anunciado en octubre de 2010, la esposa de Liu, Liu Xia, fue detenida durante varios años bajo arresto domiciliario en la casa de la pareja en Pekín, y fue impedida de recibir visitantes o ganarse la vida trabajando.
Sufrió de graves problemas de salud mental y física, producto de este encarcelamiento no oficial señalaron sus amigos.
Durante su última enfermedad, muchos funcionarios retirados e intelectuales chinos expresaron su enojo por el tratamiento infringido a Liu por del gobierno.
El ex alto ayudante del Partido Comunista Bao Tong dijo que Liu nunca había sido culpable de subversión. ‘Subvertir el Estado sería quitar el poder al pueblo y ponerlo en otra parte. Cualquier acto que no tenga este resultado no puede ser llamado subversión’, escribió Bao en un ensayo del 23 de diciembre de 2009 antes del juicio de Liu.
‘Es patriótico defender la soberanía del pueblo, todos los movimientos que intentan hacer esto son movimientos patrióticos’, escribió.
‘Es patriótico defender el derecho a la libertad de expresión, de publicación, de asociación, de manifestación y de protesta pública y salvaguardar el derecho del público a saber qué está pasando, a expresarse, a participar en la vida política y a supervisar al gobierno.’
En una declaración escrita el mismo día, que nunca fue leída en su juicio, Liu dijo que no culpaba a las autoridades por su trato hacia él.
‘No tengo enemigos, ni odio’, escribió. ‘Ninguno de los policías que me han vigilado, arrestado e interrogado, los fiscales que me procesaron o los jueces que me condenan son mis enemigos’.
‘El odio es corrosivo de la sabiduría y la conciencia de una persona, la mentalidad de enemigo puede envenenar el espíritu de una nación, instigar la vida brutal y luchas a muerte, destruir la tolerancia de la sociedad y la humanidad, y bloquear el progreso de una nación hacia la libertad y la democracia’ escribió.
Mientras esperaba desactivar el odio con amor, Liu agregó: ‘No me siento culpable por ejercer mi derecho constitucional a la libertad de expresión, por cumplir mi responsabilidad social como ciudadano chino’.
Reportado por los servicios mandarín y cantonés de RFA. Traducido y editado al inglés por Luisetta Mudie.
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Traducción libre de GCC Views.
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