El pato rengo (lame duck) es un pato que ya no puede seguir el ritmo de la bandada y es blanco de los depredadores porque esta enfermo y cansado. En política, el pato rengo es un político que se sabe que está pronto a dejar el cargo, por lo tanto no puede proponer cosas importantes ni tomar medidas polémicas porque se sabe que éstas pueden ser revocadas pronto por el siguente en su puesto.
Muchas de las medidas de la administración Obama tomadas por acción ejectutiva fueron revocadas por Trump; muchos de los intentos del Toro de amarrar a Mireya fueron destruidos en cuestión de meses por ésta. En otras palabras, el gobernante que tiene estatus de pato rengo ve su poder disminuido, ya que la gente está menos dispuesta a cooperar con un político que se sabe que pronto va a dejar el poder. A rey muerto rey puesto, la gente prefiere esperar unos meses para lidiar con el que venga despues porque sabe que sus decisiones tienen mas oportunidad de mantenerse en el poder.
Por esa razón los diputados están menos dispuestos a venderse y a acatar lo que el Ejecutivo proponga, como vimos en el rechazo del nombramiento de las magistradas. Cuando un político va de salida, sus medidas más importantes y de más largo alcance que no sean populares van a ser vistas como bombas para el siguente gobernante y éstas no van a tener el apoyo de los políticos que piensan en su propia reelección. Y esto es bueno para Panamá por muchas razones. Por ejemplo:
Suiza tiene las mismas presiones que Panamá para cumplir con la OCDE. Suiza ha firmado muchos de los mismos documentos que ha firmado Panamá. Pero Suiza no se ha caracterizado por el servilismo de penalizar la evasión fiscal o de implantar la factura electrónica. Los Suizos saben que el mundo los presiona y tienen que ceder en algunas cosas, pero no se lanzan con el entusiasmo a llevar al país al suicido colectivo de nuestros actuales gobernantes. Esperemos que la Asamblea, ante las próximas elecciones esté menos dispuesta a permitir que el gobierno actual le deje bombas regulatorias y económicas a los gobernantes del próximo quinquenio.
A poco más de un año de las elecciones nos hace preguntarnos cuál es el legado que le quieren dejar al país. Porque es claro que prentenden continuar el poder y honestamente sienten que tienen una buena oportunidad para repetir en el 2019. Lo per es que al menos que los panameños tengan un ataque de masoquismo colectivo no vemos como pueden pretender que han hecho lo suficiente para que votemos por ellos una segunda vez. Los diputados que son mas realistas lo saben y no están tan dispuestos a suicidarse políticamente.
Veamos. La economía tiene valores decrecientes en casi todo los sectores desde el 2014, regulatoriamente empeora, ya que de hecho se están aplicando las normas que Martinelli nunca derogó pero eligió ignorar, esta vez a rajatabla. A eso se han sumado un enjambre de nuevas regulaciones impuestas en muchos casos desde afuera pero otras simplemente propuestas por el actual gobierno como la factura electrónica. La deuda externa sigue subiendo al mismo nivel que el gobierno anterior pero a diferencia del anterior, no se ven obras de importancia mas allá del Metro que no está terminado. Aparentemente toda la deuda se va en gasto corriente como planilla. La fuerza pública sige sin regresar la inseguridad a los niveles previos al 2006, y peor, se le sigue premiando con mas autonomía y poder. La justicia y la educación siguen siendo los grandes lastres de Panamá como nación, y los resultados de la ausencia de ambas se pueden ven en forma de corrupción y xenofobia.
Afortunadamente para un gobierno que ha demostrado una total falta de ideas e iniciativas, pareciera que el control de la Asamblea de Diputados que tenían se ha perdido por la entrada del síndrome del pato rengo. Lo cual es positivo ya que la mayoría de las leyes e iniciativas que pueden presentar son perversas, como penalizar la evasión fiscal o implantar la factura electrónica en una nube estatal.
Quedan unos 18 meses de gobierno y los diputados saben que para reelegirse tienen que distanciarse de un gobierno bastante impopular. Por lo tanto es probable que sea mas difícil para el gobierno comprar votos de los diputados que deseen reelegirse. Esto significa que el Legislativo está menos dispuesto a actuar de mero refrendante de las decisiones del ejecutivo y más a actuar como contrapeso y balance del mismo. Algo que es la razón de la separación del poderes del estado. Esperemos que lo mismo suceda con los magistrados.
Cuando un gobierno es incapaz de proponer nada positivo a nivel legislativo, la pérdida de gobernabilidad es algo bueno. Es mejor un gobierno incompetente paralizado que un gobierno incompetente con capacidad de actuar. La experiencia de crecimento sin gobierno activo en Alemania o en Bélgica así lo demuestran. Lo único malo es que están tan divorciados de la realidad, que piensan que merecen reelegirse por otro período; eso es lo preocupante, el divorcio de la realidad. La sensación de que nuestros gobernantes no solo piensan que han hecho algo malo sino que creen además que lo están haciendo tan bien que deben repetir por 5 años mas, demuestran su falta de visión.
Este divorcio puede ser una fuente de inestabilidad los dos próximos años porque el gobierno puede intentar pasar propuestas o tomar medidas creyendo que tiene un apoyo político inexistente. Y puede provocar confrontaciones innecesarias que minen aún más su apoyo y lo conviertan en un gran ganso rengo. O en una avestruz. Veamos que pasa.
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