En días pasados terminó Consensun 2017, una megaconferencia organizada por Coindesk en Nueva York, que nos trae las noticias y proyectos más avanzados en materia de cryptomonedas y temas relacionados.
Lo que nos interesa en Panamá, es que luego de los Panamá Papers, toda la región y jurisdicciones afines, principalmente caribeñas, cuya industria principal son la de brindar plataformas de servicios a los países desarrollados, sufrieron lo que se conoce como “derisking” de los bancos comerciales. En buen panameño, eso significa eliminar o disminuir el riesgo. Esto ha significado el lento y progresivo abandono local de muchos bancos o mejor dicho, sucursales o corresponsales hacia su plaza de origen. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha identificado varios de los sistemas financieros de las islas como refugios para los lavadores de dinero, lo que aumenta los costos de mantenimiento de sucursales bancarias allí. Dado el tamaño relativamente pequeño de las economías, muchos bancos internacionales se están retirando de la región, cortando el acceso a las divisas extranjeras.
La retirada de los bancos produjo un impacto negativo en las clases menos acomodadas de la región, dada su dependencia de las remesas; y eso ha empujado a las economías en una espiral descendente: los bancos salen porque las islas son pobres, lo que los hace aún más pobres. La falta de acceso a las divisas golpea en el comercio, que representa la mayor parte de la actividad económica de la región. En Barbados y Jamaica, por ejemplo, las importaciones y exportaciones son más del 80% y 77% del PIB del país, respectivamente (en comparación con menos del 30% para los EE.UU.).
Pero lo que parecía ser un gran problema, de a poco y de la mano de la tecnología, quizás se convierta en un asunto donde un grupo relativamente pequeño de islas termine mostrando al resto del mundo los beneficios que podrían generar las divisas de los bancos centrales basados en Blockchain.
La punta de esta historia comienza el año pasado 2016, cuando una Start-Up llamada Britt, desarrolló el dólar digital de Barbados, un activo digital basado en el valor de su contraparte en el mundo real, que podía ser comerciado a través de la plataforma Blockchain. El proyecto pasó sin demasiada atención debido el pequeño mercado de Barbados.
Sin embargo, ahora otros bancos centrales de la región se están uniendo al proyecto: los Florines de Aruba y los Dólares de Bahamas. Dado que las tres monedas están vinculadas al dólar de EE.UU. (aunque a diferentes tasas de cambio), el cambio de uno a otro es muy simple. Lo más interesante y novedoso es que la combinación de la tecnología, regulación y los cambios geopolíticos generan la aparición de un nuevo tipo de activos digitales: una moneda regional digital utilizada en el sistema operativo de compensación de pago basado en Blockchain.
No es la típica cryptomoneda que está moviéndose muy cómodamente en los mercados internacionales y que cada día genera más adeptos.
Ryan Peterson, del Banco Central de Aruba cuantificó el beneficio potencial: “Hicimos un cálculo para la economía de Aruba, y esto podría dar lugar a un crecimiento del PIB del 4-5%. Ahora que, para una región que no ha visto un crecimiento de 0,5% en más de dos décadas, es tremendo. ”
El impacto de tener una moneda digital común para todas las islas, generaría mucha fluidez al sistema, que eso impactaría a su vez en el capital de trabajo de las empresas y de a poco, es muy probable que otros bancos centrales de la región tomen nota y se plieguen.
De las 15 monedas locales en la región, nueve están vinculadas a una tasa fija con el dólar de EE.UU., lo que reduce la fricción de cambio. Y con el tiempo, es probable que la gente se acostumbre a la facilidad de uso de las monedas digitales y el último paso lógico sería la unificación monetaria. Obviamente, esto es un gran paso, lo que requeriría una revisión general de los sistemas financieros locales, así como las leyes, pero el incentivo para implementar un cambio radical es fuerte, y el riesgo económico de no hacerlo es una cuestión de supervivencia.
Los gobiernos y los usuarios pueden ver que funciona (aunque a una escala relativamente pequeña), por lo que los problemas de confianza serán menos difíciles de superar. La transición debería ser sin traumas debido a la existencia de un sistema operativo de compensación de pago basado en Blockchain. No habría un shock en las economías, dado que existe un tipo de cambio fijo y de larga data en la mayoría de las jurisdicciones.
Mientras que las economías del Caribe mayormente se basan en dinero en efectivo, lo que podría ser un problema para la implementación, el éxito en asuntos como la desmonetización en la India o la adopción de una moneda común como el Euro, demuestra que se puede hacer. Por otra parte, la aparición de un tipo de cuenta que es fácil de abrir y realizar transacciones con ella, cumple con las regulaciones contra el lavado de dinero y cuenta con Tokens que se pueden utilizar como dinero ‘real’ debería extenderse y lograr la inclusión financiera en toda la zona. Actualmente, sólo la mitad de la población de América Latina y el Caribe tiene una cuenta bancaria.
Si esto llega a suceder, tendríamos un ejemplo más de una región subdesarrollada que pega un salto superior al de países desarrollados en términos de innovación financiera y eficiencia.
Redacción GCCviews, con información obtenida en Coindesk.
1 Comment