Cuando en 1916, se realizó el acuerdo Sykes-Picot, se dividieron artificialmente poblaciones y etnias que componían el Kurdistán, en cuatro naciones, Irán, Irak, Siria y Turquía, que a la postre iba a generar sentimientos nacionalistas en la región, y en la práctica significó la negación de muchos otros grupos étnicos (kurdos, albaneses, árabes, armenios, azerbayanos, bosnios, y algunos más), que vivían en Turquía. La situación llega a un pico máximo cuando Abdullah Ocalan funda el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en 1978, un grupo armado que pretendía fundar un estado marxista leninista en la región norte sobre las bases de un Kurdistán unificado.
El grupo está catalogado a nivel mundial como Terrorista, a pesar que no habían extrapolado su lucha armada fuera del sitio donde combatían para lograr su independencia. Y a pesar que desde el año 2005 su líder (preso de por vida en una cárcel turca desde el año 1999) solicitó abandonar la lucha armada debido a no sólo cambio de estrategia, sino principalmente, una evolución ideológica hacia el confederalismo democrático o municipalismo libertario, cuyo ideólogo más influyente sobre el mismo Ocalan, es el anarcosocialista libertario Murray Bookcin. Las principales consignas son “una administración no estatal política o una democracia sin Estado”, por lo que es “flexible, multi-cultural, anti-monopolista, y orientado al consenso” en el que “la ecología y el feminismo son pilares centrales”. Y vaya que sí lo es hoy día en Rojava!! Y lo que nos lleva a nuestro punto principal luego de esta puesta en situación histórica.
El Partido Unión Democrático (PYD) un afiliado del PKK en el Kurdistán sirio si bien establecido por primera vez en 2003 comenzó a poner en práctica las ideas del Confederalismo democrático en el 2011 y su éxito explotó luego de que las fuerzas de Al Assad comenzaran su retirada en el 2012.
El pueblo, con el liderazgo de PYD y las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) tomó el control de la mayor parte del Kurdistán sirio, organizando asambleas a gran escala. Entre el 2012 y 2014, las personas de Rojava fueron llamadas a grandes discusiones públicas y generación de consensos poniendo en práctica la idea del confederalismo democrático, consultadas bajo qué sistema ellos querían vivir y acordaron dividir Rojava en tres cantones autónomos (Cizire, Kobane y Afrin), con su correspondiente Contrato o Carta de principios o lo que en occidente definiríamos como Constitución.
La Constitución comienza con la declaración que estatuye “ en búsqueda de la libertad, justicia, dignidad y democracia y guiados por los principios de igualdad y la sostenibilidad del medio ambiente, esta Carta proclama un nuevo contrato social, basado en la coexistencia pacífica y el entendimiento mutuo de todos los estamentos de la sociedad” (Peace in Kurdistán, 2014)
Luego continúa “En virtud de la Carta, nosotros, las personas de las comunidades autónomas, se unen en un espíritu de reconciliación, el pluralismo y la participación democrática para que todos puedan expresarse libremente en la vida pública. En la construcción de una sociedad libre de autoritarismo, el militarismo, el centralismo y la intervención de la autoridad religiosa en los asuntos públicos, la Carta reconoce la integridad territorial de Siria y aspira a mantener la paz nacional e internacional” (Paz en el Kurdistán, 2014).
Un aspecto importante de la misma es el énfasis dado a la igualdad de género, la importancia dada a las mujeres y el reconocimiento de la igualdad de derechos para todas las etnias.
El tipo de gobierno propuesto es con un Órgano superior que es la Asamblea Legislativa, y el más inferior es la Comuna (Consejo Kurdistán), que se componen, dependiendo de cada ciudad o pueblo, de entre 30 a 400 hogares, que se reúnen cada quince días y delegan en una junta que se reúne cada semana. Cabe aclarar que cualquiera puede integrar o ser miembro y asistir a las reuniones las veces que quiera o desee. En estas asambleas el poder siempre está balanceado entre hombres y mujeres (co-chair). Pero incluso existe en cada nivel un Consejo de Mujeres autónomas, las Kongira Star women’s Union, (la estrella hace referencia a la antigua diosa Ishtar mesopotámica) que capacitan a las otras mujeres en todos los aspectos de la vida, pero principalmente en el campo militar, de defensa propia y participación política.
Así vemos que Rojava se ha convertido en una democracia directa, inclusiva de todas las etnias y religiones, con una fuerte presencia de las mujeres que componen este gobierno autónomo kurdo mientras pelean contra ISIS y también resisten los embates de Turquía que no quiere un gobierno de este tipo en sus límites geográficos.
La velocidad con que suceden los acontecimientos hacen que todavía se observe esta situación como un experimento social, aunque la diferencia con otros anteriores llevados a cabo en diversas partes del mundo incluían un gobierno central y éste es claramente descentralizado y lo que más llama la atención, en especial porque no son valores occidentales, el empoderamiento y la fuerza de la mujer en la toma de decisiones.
Increíble pensar que a pocos kilómetros de Rojava, donde se está dando esta revolución de las mujeres, otras viven en condiciones miserables y de esclavitud, entre un islamismo moderado que no las considera y uno radical que las condena.
¿Pero acaso esta inesperada consideración de las mujeres se da ahora, por la necesidad de tener más pie de fuerza armada para combatir a ISIS? La respuesta rápida podría ser que sí. Pero no lo es, la consideración y fuerza de las mujeres y que se enseña orgullosamente en las academias (esa es otra historia próxima a contarles en otro artículo) proviene de la misma historia: La resistencia de Nefertiti a los sacerdotes y el faraón en 300 AC; la negativa de la reina Zenobia a estar de acuerdo con los dictados romanos en Palmyra en el siglo III. Después de la primera división del Kurdistán, Xanimzade que encabezó la resistencia tribal contra las masacres cometidas por el Imperio persa, y Halime xanim que resistieron el dominio del Imperio Otomano. Adile xanim ayudó a reunir a 56 tribus en una confederación en la actual Irán antes de su muerte en 1924. Zarife, Bese, Gulazer y Mina xanim también son ejemplos de mujeres kurdas que fueron parte de la resistencia en diversos momentos de la historia moderna. Leyla Qasim, a pesar de las controversias y haber sido ejecutada por el intento de secuestro de un avión en 1974, es mostrada también como una heroína, a pesar de haber muerto como terrorista.
Más cerca en el tiempo, en los tiempos de la creación del PKK, Sakine Cansiz , una de las mujeres más poderosas, quien junto a Fidan Doğan y Leyla Şayleme , fueron asesinadas en París en 2013. Sabine es importante dada su relación estrecha con Ocalan, que desde su confinamiento hizo una retrospección sobre cómo el mismo usaba a las mujeres en su propio interés e hizo un llamado a combatir esa cultura inculcada a los hombres desde niños. Ocalan ideó el concepto de “killing the man”, pero no como algo que debía hacer desaparecer al hombre, sino como matar a ese hombre que despreciaba a las mujeres, para convertirlas en sus pares y poniendo en manos de ellas mismas la conducción de este proceso: “un país no puede ser libre si sus mujeres no lo son”.
Todas estas experimentaciones y formulaciones, fomentaron el “jineoloji”, o la ciencia de las mujeres, que sienta las bases teóricas y prácticas del movimiento revolucionario que las lleva a tomar el control de sus propias organizaciones, junto a otro principio surgido en 1996, el de “teoría de la separación”. Este último sostiene que las mujeres, no sólo deben hacer ellas mismas su revolución, sino que eso debe indefectiblemente llevarlas a separarse de jerarquías para ir a una organización de iguales, y la autodefensa no sólo es portar armas, sino ser conscientes en la mente de que no son víctimas, sino mujeres con poder para defenderse de cualquier agresión.
Las mujeres en el Kurdistán sirio tienen el mismo estatus que los hombres en cuanto al derecho de propiedad; el matrimonio forzado y de menores ha sido prohibido, las cuotas de mujeres y grupos étnicos son obligatorios en todos los niveles de la política y, por supuesto, las unidades de combate de las mujeres armadas, que más allá de autoprotección contra las agresiones de las que históricamente habían sido víctimas por los hombres, ahora han desempeñado un papel central en la liberación de pueblos como Kobani y Manbij.
“Nuestra primera responsabilidad es proteger a nuestras hermanas, para proteger a todas las mujeres. Es por eso que nuestra revolución está trabajando, por qué las mujeres árabes y mujeres Yazidi se unen cuando nos ven. No se puede tener un cambio real sin poner mujeres en el centro”, dice la líder co-chair del Syrian Democratic Union Party en Rojava, Asya Abdullah
Es muy interesante analizar estos acontecimientos a la par que ellas luchan contra ISIS y contra el estado sirio y turco también, sin ayuda internacional, dado que aunque han manifestado disposición a abandonar la lucha armada contra el estado turco son considerados una organización terrorista, y con muchas contradicciones no sólo ideológicas, sino sin un claro futuro vislumbrándose, ellas han sentado las bases del feminismo kurdo, reducidos a cinco principios (que en esta región sí son válidos) y ellos son: rechazar el distanciamiento, el colonialismo , la asimilación impuesta a las mujeres; la mujer debe tomar sus propias decisiones y desligarse de las estructuras que las han dominado; sólo si las mujeres tienen la oportunidad de organizarse van a superar al patriarcado; no hacer demandas al opresor, sino ejercer sus derechos a través de la lucha y la creación de alternativas; las mujeres no deben atenerse a los patrones de belleza dictados por la sociedad de los hombres.
El proceso tampoco es que ha sido fácil y no exento de disputas con los hombres, que al principio no consideraban a las mujeres para la guerra, desde excusas como la vestimenta, a los temas emocionales o de fortaleza física. Una de ellas, Heval Beritan, tomando nota de ello, sugirió entonces que las mujeres armaran su propia tropa armada, con clara diferenciación de los hombres. Heval era periodista y decidió que debía poner sus ideas en práctica y comenzó a luchar en las guerras internas, allá por los 90s en la Guerra del Sur y en el 92, cuando iba a ser capturada se suicidó, generando otra ola de adhesiones a la participación de la mujer en la guerra.
Hoy día las mujeres kurdas caen y vuelven a levantarse, abonando con su sangre los sueños de libertad para generaciones futuras, no sólo de un Kurdistán, sino de mujeres iguales en derechos, como dice Asya Abdullah “A Isis le gustaría reducir a las mujeres a esclavas y pedazos de cuerpos. Les demostramos que están equivocados. Nosotras podemos hacer todo lo que queramos.”
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