“Lo que necesitamos es ‘energía económica’, la cual nos permitirá hacer la transición de las fósiles a otras energías mucho más económicas que no contaminen.”
Nos cuenta Connor Mortell en un artículo de von Mises que Leonard Read expuso el fenómeno de la división del trabajo a través de su magistral brevísima obra, Yo Lápiz, en la cual dejó patente la increíble complejidad industrial existente en la elaboración de un lápiz de madera y grafito. En síntesis, Yo Lápiz pregunta al lector la cantidad de personas que intervienen en la fabricación de un lápiz tal como el lápiz Mongol. Resumidamente les relato en paráfrasis lo que nos recuerda Mortell.
La fabricación del lápiz de madera comienza con un árbol o muchos árboles, leñadores o aserradores, camiones o barcazas, fabricantes de sogas y miríadas maquinarias e implementos que deben ser fabricados y mucho más. Deja patidifuso advertir todas las personas que se integran en el proceso de fabricar un lápiz de madera: su mina de carbón, la lámina del metal, el borrador, la laca, y luego todas las personas que, de una u otro forma participan en el proceso.
Ahora el asunto nos vuela la imaginación si intentamos imaginar la cantidad de empresas, personas, procesos y tal en la fabricación de un barco o un avión. Pero, como nos cuenta Mortell, lo que Tío Típico imagina es la energía que requiere su estufa eléctrica, su aire acondicionado, auto y tal; pero no le da mucha atención a todos los procesos requeridos para la fabricación y mantenimiento de todo ese universo industrioso.
Tío Típico tampoco cavila es en la realidad y complejidad evolutiva en que vivimos; es decir, que ven al mundo como algo estático y no en su realidad de cambios exponenciales que nos colocan en la antesala de un maña asombroso e inimaginable.
Si regresamos a un ayer nada lejano, tal como en las décadas finales del siglo pasado, veríamos a tantos que pronosticaban el fin del mundo para fechas que ya pasaron. Que se agotarían los alimentos, el combustible y nos quedaríamos si atmósfera o quien sabe qué.
Lo que pocos advertían y aún no advierten es la capacidad humana de descubrimiento y adaptación. Por ejemplo, son tantos los que hablan de que ya pronto no cabremos en el planeta; pero mi hermano Irving realizó un cálculo que demuestra que toda la humanidad actual cabría en el estado de Texas, con espacio de sobra. Y ello sin ver el asunto en un sentido tridimensional o considerar el mar o vivir en ciudades en órbita o más allá; lo cual muchos dirán que no es posible. Ciertamente que no es posible en mentes minúsculas.
En cuanto a los combustibles fósiles; estos son esenciales para lograr las transiciones a otras formas de energía menos contaminante y económicas; y en lo “económico” está la clave esencial. Lo que necesitamos es ‘energía económica’, la cual nos permitirá hacer la transición de las fósiles a otras energías mucho más económicas que no contaminen.
De hecho, ayer veía que ya tienen unas láminas del ancho de una hoja de árbol que producen hidrógeno; un combustible limpio. ¿Sabías que ya circulan autos y buses en base a hidrógeno? Todavía falta abaratar sus costos, pero eso ha sido así con todo. Originalmente sólo los ricos podían comprar una nevera y otras cosas que hoy tanto disfrutan. Que si faltan muchos más… ¡claro!, pero no los podremos ayudar si los genios del mal logran la eliminación de los combustibles fósiles antes de tiempo.
El problema más grave que hoy enfrentamos no es ni el cambio climático o energético sino el lunático; de tantos que no son capaces de ver la Creación en toda su dimensión y evolución.
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