La evasión fiscal es frecuentemente el producto de la racionalidad humana. El ser humano es un maximizador de utilidades y de recursos.
Cuando las personas pagan impuestos por lo general hacen un cálculo racional de cuanto cuesta pagarlos en tiempo y dinero vs los costos de no pagarlos o las contraprestaciones que piensa recibir del Estado por el pago de los impuestos.
Si las personas ven que es costoso en tiempo por trámites engorrosos pagar los impuestos, van a tratar de evadirlos. Un impuesto de cálculo sencillo tiene menos posibilidades de ser evadido que un impuesto complejo.
Si las personas ven que es costoso en recursos económicos pagar los impuestos las personas van tratar de evadirlos. Un impuesto de tasa baja tiene menos posibilidades de ser evadido que uno de tasa alta.
Si las personas ven que lo que pagan en impuestos regresa a ellos en forma de servicios públicos básicos eficientes, la gente va a pagar mas impuestos. En cambio si la gente percibe que sus impuestos se malgastan en un Estado autoritario que reina por encima de los ciudadanos y que malgasta los recursos de los impuestos en corrupción y clientelismo político vamos a ver que la gente va a tratar de pagar la menor cantidad de impuestos posibles. Una reforma del Estado que cambie la percepción de la gente es necesaria para que exista una mayor disposición psicológica a pagar impuestos en lugar de evadirlos.
En última instancia, el tema de la evasión es el tema de la relación del ciudadano frente al Estado.
¿Es el ciudadano un instrumento del Estado o es el Estado un instrumento de los ciudadanos?
Si la respuesta es que los ciudadanos son un instrumento del Estado entonces la evasión y la coacción son inevitables. Si la respuesta es que el Estado es un instrumento de los ciudadanos, una reforma fiscal y del Estado que facilite el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los ciudadanos es inevitable.
Por eso un Flat Tax es importante, porque ayuda al Estado a ser un mejor instrumento de los ciudadanos. Y a los ciudadanos a cuidar su instrumento común pagando impuestos.
Una reforma que consista en una propuesta de simplificación impositiva de esta magnitud puede ser una buena oportunidad para promover cambios y mejoras que permitan un crecimiento mayor o más sólido de la economía panameña. Espacialmente una reforma del Estado el cual es demasiado pesado para el tamaño de la Economía Panameña. Todos los países que han intentado una reforma tributaria de este tipo Flat Tax, lo han hecho de manera simultánea a grandes cambios en toda su estructura económica y el tamaño del Estado. Tal ha sido el caso de Estonia y de Eslovaquia por ejemplo. En estos países la propuesta de un Flat Tax fue acompañada por una liberalización de todos los mercados, por una disminución del tamaño del Estado y un potenciamiento de los derechos de propiedad. En Rusia, por el contrario, vimos cómo se implantó un Flat Tax dejando los demás aspectos de la economía tal y como estaban. Aún así los efectos sobre las recaudaciones y el crecimiento económico fueron notorios. El Flat Tax funciona, y funciona bien. Esa es la experiencia de Europa Oriental, Hong Kong y otros países donde se ha implantado.
Por lo tanto no vemos como Panamá debe quedarse fuera del movimiento cuando tiene las condiciones óptimas para implementarlo rápidamente y sin traumas. El Flat Tax es el esquema tributario menos dañino y que más estimula la inversión extranjera u local, que es lo que al final va a garantizar que la economía de Panamá crezca lo suficiente para sacar a la población de la pobreza. El Flat Tax es lo que va a ayudar a mejorar la competitividad y crecimiento.
El modelo neokeynesiano nos dice que hay que recaudar para crecer cuando en realidad hay que crecer para recaudar. Al eliminar las exenciones y estimular el pago de impuestos haciendo innecesaria la evasión , el Flat Tax estimula las recaudaciones.
Un Flat Tax para Panamá lograría, además de la disminución de la evasión fiscal
- Aumentar la capacidad de financiar el gasto público mediante el aumento de la inversión, (lo cual lleva al crecimiento económico).
- Lograr una distribución más equitativa de la carga tributaria la cual va estar ahora separada de los lobbys que hacen que la distribución de la carga dependa de la capacidad política de lobby de los contribuyentes, lo cual también conlleva una mayor transparencia política.
- Obtener competitividad fiscal frente a una cada vez mayor competencia fiscal mundial.
- Crear un contexto tributario favorable al crecimiento económico que favorezca el ahorro y la inversión.
Simultáneamente, el Flat Tax disminuye las barreras que impiden que millones de Panameños ingresen al sistema formal de la economía, con lo que se logra el despertar de un gigantesco capital subutilizado en la región. Claro que esto depende de que Panamá también continúe simplificando los procedimientos burocráticos y solucione los serios problemas de propiedad a nivel rural.
Un sistema de impuestos bajos de tasa única es un paso en la dirección correcta, hacia la construcción de una sociedad más libre, es decir, más humana, más digna, más justa y próspera.
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