Sería imposible recontar todos los abusos que se han cometido y siguen cometiendo en nombre de la ciencia. Hoy día, que los descubrimientos tecnológicos y científicos se disparan, el abuso y mal uso de lo “científico” igualmente se dispara, particularmente de parte de quienes no teniendo la razón y desesperadamente se valen del engaño para imponer sus proyectos y tal. Me refiero en particular a las tendencias totalitarias típicas del socio-comunismo. Y si algo lo saca a relucir esta realidad, son eslogans como “ya es ciencia establecida” y “debemos creer en la ciencia”; y el problemita con ello es que hay variedad de ciencias, entre ellas las ocultas.
Decir que algo es contrario a la ciencia es contrario a la ciencia; dado que el método científico está basado en la constante revisión de sus procesos y hallazgos, los cuales nunca son finales. Por otro lado, la ciencia es eminentemente empírica; lo cual quiere decir que se basa sobre las observaciones o experiencias y no la teoría o imaginación; pero, jamás en la política. El proceso científico es eminentemente histórico, es decir, que no se basa en lo que aún no se ha visto o no ha ocurrido. Decir entonces que un nuevo tratamiento médico contra el cáncer o tal, que no ha superado los rigores de un auténtico proceso científico es “ciencia establecida” no es ciencia sino politiquería de la peor clase; lo cual, en mi caso toma un significado muy especial, ya que la quimio que se le dio a mi esposa para evitar la reincidencia de su cáncer mamario le afectó el corazón y ya no está con nosotros.
El futuro es desconocido y siempre existirá la posibilidad de que lo que antes creímos ser cierto, en un futuro resultará falso o no tan cierto. En su momento, los fabricantes de cigarrillos dijeron que los mismos eran saludables. En fin, usar la ciencia para vender productos económicos o políticos es deleznable. La ciencia no es moralidad; y, dictar encierros y otras medidas contrarias a nuestro albedrío es lo inmoral. Luego, si los encierros producen pobreza y los tratamientos médicos muertes, seguro que los politicastros y sus Fauci no saldrán a asumir culpas.
Los hallazgos científicos se valen de interpretaciones subjetivas. Yo, que he sido investigador de accidentes de aviación, sé por entrenamiento y experiencia que gran parte de lo que hacía se basaba en hipótesis, experiencia y mis interpretaciones. Por algo, la mayoría de los informes de accidentes hablan de “causa o causas probables”. Por otro lado, si casas la ciencia con la política, tienes una receta para desastres; particularmente tratándose.
Peor, aún, es que los estatistas se hayan entronado en puestos de control y mando y no tienen escrúpulos en usar los instrumentos de la mentira para adelantar sus agendas políticas. Muchos de estos lo que pretenden es reemplazar a Dios con el estado y así controlar al rebaño para llevarlo al matadero. Todo ello se vuelve más que aparente cuando vemos personas manejando un auto sin pasajeros con los vidrios cerrados, mientras van enmascarados y con vísceras. Y, si estás cerca cuando abren la puerta, el auto huele a borracho. Ya los del tránsito no saben distinguir entre embebidos y alcoholizados. El terrorismo estatal ha sido muy exitoso.
En fin, no hay peor gobierno que aquel que en nombre de la ciencia practica intervencionismo; o peor, terrorismo. Cuando un pueblo pierde su capacidad de criterio propio, está condenada. Y, si la ciencia propone que sus conclusiones no pueden ser cuestionadas, entonces deja de ser ciencia y se convierte en una profana religión.
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