El genial Richard W. Rahn, quien preside el “Institute for Global Economic Growth, y quien nos ha visitado en Panamá en ocasión de foro auspiciado por Goethals Consulting, se manda un excelente artículo que cobra particular relevancia en estos momentos en que el nuevo presidente de los EE.UU. parece seguirle los pasos a los Chávez, Maduros y Castros de nuestro continente. A continuación, les presento las ideas de Rahn con comentarios míos.
En variadas ocasiones he escrito acerca de la frase comodín “justicia social”. Si el lector se para frente a una audiencia ¿podría explicar con claridad lo que es la “justicia social”? Inténtalo ahorita, que no tienes audiencia, a ver cómo te va. La palabra “justicia” ha guardado un significado específico por cientos de años, pero, cuando le cuelgas el “social” lo que terminas haciendo es quitarle sentido al término “justicia”, dado que la frase “justicia social” es un concepto subjetivo al cual cada quien le asigna su propia definición, cargada en sentimientos, pero no necesariamente en realidad. Precisamente esa frase la embutieron los amanuenses de la Dictadura Militar panameña en la constitución para darle mayor poder discrecional a los amos del país.
El tema de fondo que abordo es el de la libertad, la cual hoy está bajo asedio, tanto en Panamá como por todos lados; y, particularmente en los EE.UU., que suponía ser la cuna de la libertad. Y, lo importante es tratar de entender el fenómeno. Tal como lo plantea Rahn, “los períodos en que más floreció el conocimiento humano y los adelantos materiales, estuvieron asociados con la libertad de expresión y pensamiento. Rahn cita el período de la República romana antes del Imperio y la Iluminación escocesa. Y, precisamente, los EE.UU. nacen y florecen a partir de esa iluminación. Como bien dicen las Escrituras: “La verdad os hará libres”.
Pero, de manera muy crítica y preocupante, Rahn nos advierte: “Desafortunadamente, este fundamento de la Sociedad Americana está cada vez más en asedio por quienes no saben nada/o aquellos cuyas inseguridades o lujuria de poder los lleva a burlar los derechos del prójimo.” ¿Me parece que bien podemos afirmar esto mismo en nuestro patio?
Si algo hemos visto en Panamá es la violación de la educación y la academia superior por bastardos intereses politiqueros. Mal puede ser la academia un instrumento dedicado a la búsqueda de la verdad cuando tiene agenda politiquera. Y como también señala Rahn, ello explica como es que quienes no se apegan a la corriente de lo ‘políticamente correcto’ o de moda, son atacados en lo personal, soslayando argumentos sustantivos. Sitios que me han invitado a dar charlas han sido amenazados si me permitían hablar. Pero, seguramente si invitan a un Maduro, ello sería razón de júbilo.
El caso muy particular de la cancelación en los EE.UU. del oleoducto Keystone que llevaría aceite crudo canadiense a las refinerías estadounidenses, es digno de resaltar. Los pseudo ambientalistas respaldan la cancelación del proyecto en base a la “justicia social”. Pero, curioso, los canadienses seguirán produciendo crudo y enviándolo por tren o en camiones; o se lo venderán a otros países, tal como China, en dónde poco les importa la contaminación. Y, a todo ello, causando un desastre económico en los EE.UU., lo cual sí afectará posibilidades de atender asuntos medio ambientales.
Como vengo señalando en mis escritos sobre la Babel, acerca del uso prostituido del idioma, por caso, la justicia social, también comenta Rahn: “…el lenguaje chapucero y descuidado conduce al pensamiento chapucero y descuidado; ello, a su vez, nos lleva a hacer cosas censurables carentes de sentido.”
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