Suena drástico el título del escrito, ¿no?. Pero, ¿acaso no es mucho más drástico o pérfido el fracaso del NODUCA? Dicho lo anterior, de inmediato surgen interrogantes, tal como el inmenso jaleo de cerrar el NODUCA. ¡Por supuesto!, si es que nos propusiésemos a hacerlo a raja tabla, lo cual no es la idea. La idea sería dar a las familias el sagrado derecho a elegir y que ellas decidan a qué escuelas y currículos se arriman. Si la mayoría escoge enviarlos a escuelas privadas, ¿cuál sería el problema? ¿Acaso debemos oponernos a las preferencias de cada quién?
El tema de fondo gira en torno a si la educación debe o puede ser gratuita y obligatoria. El otro tema que va de la mano con ello es el problema económico que se les presenta a los pobres; el cual no debe ser problema, ya que la educación privada sería mucho más económica que el desastre del NODUCA. Nos han lavado el cerebro con la creencia de que, si no metemos a nuestros hijos en las mazmorras del NODUCA, no hay solución, lo cual es completamente falso. Es como el zorro que dice a las gallinas que el mejor gallinero es la guarida del zorro.
Y el asunto va mucho más allá, ya que día a día vamos encontrando nuevas formas de educar, que no implican encerrar a los jóvenes en prisiones con educadores que son funcionarios públicos. Improbable que un funcionario gubernamental enseñe comercio, economía y empresarialismo.
Pero, el tema de fondo va por otro lado, y tiene que ver con el balance de poder que debe existir entre el pueblo y el gobierno; es decir, que el gobierno jamás debía quedar por encima del pueblo. A través de la mayor parte de la historia humana el poder sobre los hijos estuvo en la familia, en la iglesia, organizaciones fraternales, caritativas, la educación privada, el deporte, la música y tal. Hoy día que los gobiernos se quieren tomar los centros de cultura y tal, deberíamos estar horrorizados, ya que el estado no sirve para nada de eso.
¿Acaso es sano que el aparato gubernamental se tome la educación, salud, agua, los días de fiestas, y quien sabe qué más? ¿No es ello totalitarismo y camino de servidumbre? Pegamos el grito al cielo cuando una empresa se toma buena parte del mercado, pero no cuando es el estado que lo hace. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Por qué cree usted que cada día son más los que buscan que el estado los mantenga?
¿Sabes lo que es el ‘cálculo económico’?. Es la pretensión de ceder al estado nuestra planificación económica. Algo así como lo que hicieron los países comunistas, lo cual les llevó y lleva al colapso económico. A quien corresponde la economía es a los particulares y no al estado. Hasta nuestra mala constitución lo dice, aunque luego se contradice.
Cuando quien se equivoca en lo económico es el estado, todos salimos lastimados, lo cual no es así cuando es la comunidad la que maneja sus propias finanzas; en cual caso algunos se equivocarán, pero no todos.
Por su parte, las escuelas o negocios privados educativos deben operar en términos de una satisfacción del cliente; no sólo en cuanto al costo sino también al producto. Pero ese no es el caso con el NODUCA, que les importa poco si malgastan sin educar. Las decisiones del NODUCA son políticas y no económicas, lo cual no les duele a los funcionarios y a las autoridades, cuyos intereses suelen andar por otros caminos.
Si las actividades del pueblo no son voluntarias y privadas, ¿entonces qué son? Son coercitivas y politiqueras. En tal sistema no hay preferencias del consumidor sino del politiquero y quedamos ante un monopolio central en dónde el bravo de la película es el funcionario que rinde pleitesía ante los gamonales del sindicalismo magisterial.
[…] Mucho peor es creer que se puede distribuir riqueza de inteligencia por intermedio de los NODUCAs del […]