La Quinta Cumbre Reguladora de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), tuvo lugar el pasado 8 de mayo en Singapur. Los datos, la tecnología y las asociaciones fueron los temas principales que sustentaron las discusiones de la misma y que proporcionaron una plataforma para que más de 750 profesionales senior del sector financiero compartan información sobre los desarrollos regulatorios y de mercado que están impactando el sector en la región asiática.
Desde la importancia de un mayor compromiso de la industria hasta los trámites reglamentarios, fragmentación y delitos financieros, al uso de datos y tecnología para avanzar en la inclusión financiera y financiamiento sostenible, este informe identifica seis tendencias que conforman la regulación financiera en la ASEAN. Comencemos con la primera.
- Superar la fragmentación regulatoria a través de asociaciones transfronterizas
Se concluyó que para disminuir el impacto negativo de la divergencia regulatoria, los reguladores y las instituciones financieras deben trabajar hacia una mayor colaboración y diálogo, a nivel local e internacional. Si bien las autoridades reguladoras de toda la región se han comprometido a trabajar juntas para mitigar la fragmentación en Asia, las diferencias marcadas entre las jurisdicciones siguen siendo notables.
Agravando este desafío están los problemas macroeconómicos que preocupan a las autoridades: riesgos geopolíticos, guerras comerciales, amenazas cibernéticas o el cambio climático, entre otras, lo que está dividiendo las opiniones de los gobiernos sobre la mejor manera de regular los mercados financieros. El impacto de la divergencia regulatoria va más allá del cumplimiento de las leyes y normas locales. La fragmentación impide la liquidez de mercado, comercio transfronterizo y flujos de datos internacionales.
Cuando se les pide que describan el entorno regulatorio global actual, las palabras más populares elegidas por los asistentes a la Cumbre Regulatoria fueron “complejos”, “fragmentados” y “desafiantes”. Pues bien, con tantos desafíos por delante, ¿cómo pueden las empresas y los reguladores de la ASEAN co-crear un mercado unificado y abierto que sea fácilmente accesible para todos?
Los reguladores asiáticos han sido, durante algún tiempo, conscientes de los desafíos asociados con la divergencia regulatoria. La OCDE afirma que esto les cuesta a las empresas hasta el 10% de su facturación anual, o en conjunto $780 millones por año. Sin embargo, pocos son los gobiernos que han buscado activamente una mayor armonización transfronteriza. Singapur, Hong Kong y Australia son notables excepciones, y están liderando el camino dentro de la región. Otros están progresando a una velocidad variable.
Los gobiernos de Indonesia y Filipinas han expresado su deseo de alinear mejor sus marcos regulatorios con los estándares internacionales. En la cima, Ir. Nurhaida, Vicepresidente de la Junta de Comisionados de la Autoridad de Servicios Financieros de Indonesia (OJK), y Vicente T. de Villa III, Jefe de Finanzas en el Banco Central de Filipinas (BSP), se comprometieron a colaborar con otros reguladores a través de la ASEAN y más allá de ella.
Sin embargo, para abordar efectivamente la divergencia regulatoria, todas las jurisdicciones debieran comprometerse a alinear sus marcos regulatorios, una hazaña que probablemente solo sea factible en un futuro lejano. A corto plazo, una solución temporal podría ser la adaptación internacional de las pautas a los matices del mercado local. “Los reguladores deberían buscar aplicar globalmente estándares, pero dentro de un contexto local”, dijo Rebecca Terner Lentchner, Jefa de Relaciones Gubernamentales y Políticas Públicas APAC en BNY Mellon.
Las organizaciones internacionales como la Junta de Estabilidad Financiera, el G20 y el Banco Mundial deberían jugar un papel importante, un papel más activo en impulsar la armonización regulatoria. Terk Ming Kwong, Director Ejecutivo de Asuntos Gubernamentales en Goldman Sachs, sugirió que estas organizaciones deberían llamar a los países que no están dispuestos a adoptar normas internacionales, y presionarlos para modificar sus políticas.
También se les debe recordar la última vez que la región se dividió, dijo Ramesh Subramaniam, Director General del Departamento de Asia Sudoriental en el Banco Asiático de Desarrollo (ADB). En el período previo a la crisis financiera asiática de 1997, señaló, la regulación estaba igualmente fragmentada, lo que impedía que se tomaran medidas preventivas para defender la estabilidad financiera y gestionar los riesgos financieros y de mercado. Otros pidieron que los líderes de la industria eduquen a las autoridades del mercado en desarrollo sobre los beneficios de un mayor alineamiento regulatorio.
La fragmentación de hoy, por tanto, podría abordarse mediante el establecimiento de una nueva institución regional, con el mandato de fomentar una mayor alineación entre las jurisdicciones del sudeste asiático, sugirieron oradores en la Cumbre. Al igual que La Secretaría de la ASEAN ha servido como el motor detrás de su Comunidad Económica, la región podría beneficiarse de una autoridad que une al bloque y que encabeza su agenda regulatoria. Stewart James, Director Ejecutivo y Jefe de Asuntos Públicos del Grupo Asia-Pacífico en HSBC, se mostró menos entusiasta: “No necesitamos una nueva institución”, afirmó. “Necesitamos una mayor cooperación y confianza entre las que ya tenemos”.
Dado que la alineación regulatoria dentro de la ASEAN es poco probable a corto plazo, las instituciones financieras deben trabajar juntas para minimizar el impacto de la divergencia transfronteriza en las normas y regulaciones financieras. Las empresas y las autoridades solo podrían lograr una mayor armonización en los mercados financieros de la región a través de una mayor cooperación entre todos los actores de la industria y las fronteras, y asegurarse de que sigan siendo abiertas y prósperas para todos.
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