Una de las diferencias entre una persona liberal y una conservadora es cómo el cerebro procesa la información ante cosas nuevas. Un conservador tiende a ver primero los posibles riesgos, antes de ver las posibles ventajas y oportunidades. El conservador es naturalmente cauteloso. El liberal es naturalmente curioso. Diferencias válidas para explicar la visión sobre las relaciones de Panamá con China.
Panamá por fin decide entablar relaciones comerciales con China, algo muy esperado, y el presidente chino pronto nos visitará. Esta nueva era de relaciones chino-panameñas tiene una serie de ventajas y desventajas para Panamá. Pero como liberal veo las oportunidades que son enormes, pero sin omitir los riesgos potenciales. Por eso vamos hacer un giño a los conservadores y mostrar los riesgos primero, ya que las oportunidades y ventajas se caen de su peso.
Riesgos.
1. Los chinos no han firmado el tratado de neutralidad, Panamá corre el riesgo de quedarse involucrada en una rivalidad comercial y militar entre los dos principales socios comerciales del Canal de Panamá. Por eso deben evitarse gestos que se ven involuntariamente como que Panamá quiere favorecer a una de las partes. En este caso hablamos de la embajada China a orillas del Canal.
Esta rivalidad comercial militar entre los Estados Unidos y China es muy similar a la que tuvieron los Estados Unidos con el Reino Unido en el siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo XX. Recordemos que los Estados Unidos negoció el tratado Clayton Bulwer con los británicos, a mediados del siglo XIX donde de hecho éstos reconocían la prioridad norteamericana en Centroamérica y el Caribe, dando a los primeros derecho primordial sobre un canal en la región. Al final el hecho de ser aliados militares y las relaciones comerciales y culturales permitieron que la supremacía naval británica diera paso pacíficamente a la norteamericana durante la segunda guerra mundial; pero en otros casos las rivalidades navales han terminado mal. Como pasó con los alemanes contra los británicos o con los japoneses con los norteamericanos. Panamá debe tener una diplomacia madura para evitar verse involucrada en una rivalidad similar. Y esto da más sentido a que Colombia entre en la OTAN. Un seguro de vida cercano a Panamá para los Norteamericanos.
Por eso debemos evitar la deuda gobierno a gobierno entre China y Panamá, que los chinos pidan bases militares en pago o por avaricia o falta de visión les demos ventajas en temas de seguridad que hagan que las alarmas de los estadounidenses salten.
2. Los chinos tienen fama de que no les tiembla la mano para pagar coimas, y sabemos por experiencia que a nuestros políticos, periodistas y líderes sindicales no les tiembla la voz para pedir coimas y luego la mano para cobrarlas. Esto hace que si el público no se fija, son capaces de meternos en cualquier esquema de proyectos faraónicos que no son viables y que nos van a endeudar por generaciones y que los chinos van a cobrar en especie. El caso del tren es el más obvio. Un proyecto que no puede ser económicamente viable y que probablemente nos va a meter en deuda que tendremos que pagar cediendo de hecho soberanía a los chinos, como le ha pasado a Pakistan, Siri Lanka, las Maldivas, Venezuela y a Zambia. Todos se metieron en deudas impagables con China, y todos terminaron cediendo bases militares, puertos y concesiones mineras a los chinos a muy largo plazo. Por eso hay que tener mucho cuidado en los proyectos que impliquen que el Estado panameño contraiga deudas con China. Inversiones chinas, sí; ¿deudas del estado con China? No son una buena idea.
3. China teóricamente es un país comunista, donde no existe propiedad privada de los medios de producción. Pero claro que existe de hecho empresa privada y las empresas chinas compiten ferozmente entre ellas y tienen emprendedores e inversionistas como Jack Ma. Pero legalmente son empresas estatales aunque de hecho son empresas privadas con dueños. El problema de este capitalismo de estado es que legalmente significaría que Panamá tiene que permitir ahora que estados extranjeros tengan propiedad sobre la tierra y sobre empresas en Panamá. Además este sistema de facto hace muy difícil saber quiénes están detrás de muchas empresas chinas. En algunos casos, las empresas son propiedad del ejército chino, lo que crea problemas con los norteamericanos en materia de seguridad. Un ejemplo clásico, el tema de Huawei.
4. Los chinos no tienen ningún compromiso con la democracia y no les importa con quién hacen negocios mientras los negocios se hagan. Los chinos están para hacer negocios, no para exportar modelos políticos y económicos como los norteamericanos o los rusos durante la guerra fría. Los norteamericanos que no son santos, han apoyado dictaduras en nuestra historia, pero han dejado de apoyarlas cuando les han creado problemas de imagen o la opinión pública de su países se les ha puesto en contra. A los chinos esto no les importa. El caso de Venezuela es un ejemplo. Mientras Maduro les dé lo que quieran, harán negocios con Maduro, o con Duterte o con quien sea.
5. China es notoria por sus variables controles de calidad, de protección ambiental y laboral, y probablemente presionará a Panamá para que relaje sus estándares en estas materias.
Pero están las oportunidades indudables de tener negocios con China.
1. China es de hecho la segunda economía del mundo y nuestro segundo mayor usuario del Canal, es muy posible que en los próximos diez años pase a ser el primero. Simplemente no podemos seguir ignorando a la quinta parte de la población de la tierra, a la tierra de origen de la comunidad inmigrante más grande de Panamá, con una historia de más de 150 años. Se calcula que más o menos 2% de la población de Panamá o más, es de origen chino. Los chinos han sido pioneros en muchas prácticas comerciales por más de dos mil años. Empresas como AliBaba son pioneras en el comercio electrónico. La iniciativa de una nueva Ruta de la Seda es importante y Panamá no puede darse el lujo de quedarse afuera.
2. China puede servirnos como una fuente de apoyo contra las presiones de la OCDE y la Unión Europea. Cuando el presidente chino habla de reforzar la concertación y coordinación en la ONU y la OMC, en defensa común del sistema multilateral del comercio y en promoción de una economía abierta mundial, es claro que tenemos un aliado, como Hong Kong, bajo el paraguas chino, ha logrado resistir las presiones de la OCDE para desmantelar su estructura de servicios. Eso sí, para esto necesitamos un presidente y una cancillería que estén a la altura de esta misión, algo que no tenderemos de seguro por los próximos 7 meses.
3. China brinda oportunidades para la exportación, aunque los chinos son notoriamente proteccionistas en muchas cosas, y oportunidades para la inversión, aunque está el problema de la propiedad real de las inversiones. Está claro que Panamá tiene ahora un problema que nos impulsa a tratar con China. Antes la Zona Libre era la re exportadora de China por excelencia. Ahora los países prefieren comprar directamente a China. Para poder revertir esta tendencia, tenemos que hablar con China y poner centros de distribución de empresas chinas acá.
En fin, los riesgos de la nueva era chino-panameñas son específicos, pero las oportunidades son abiertas y amplias. Son riesgos que se pueden controlar, porque las oportunidades son mucho más variadas. Tantas que no pueden enumerarse. Así que por ahora, el abrir el camino con China, tantas veces atrasado, es uno de los pocos logros del gobierno de Juan Carlos Varela.
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