Vale la pena destacar y comentar el mensaje de la presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas -APEDE 20 de agosto- sobre la urgente necesidad de liberar la paralización económica, Elisa Suárez de Gómez; quien pide y destaca que “luego de mucha insistencia, que se haya iniciado el proceso de reapertura de la economía y la flexibilidad de la movilidad de los ciudadanos”. Sin embargo, a la presidente de la APEDE le parece que al proceso de reapertura le falta celeridad; considerando que van cinco meses de estancamiento, a lo cual yo agrego, “y acumulación del peligroso daño socioeconómico”.
Elisa Suárez inclusive habla de “garantizar la estabilidad social”; llamado que debe llevarnos a la reflexión. Como dijo un comentarista estadounidense en estos días: “Tendemos a olvidar lo frágil que es la paz social.” ¿Acaso la historia no lo advierte con regularidad?
Más allá, Suárez habla de “la necesidad de reducir los niveles de burocracia…” esa que yo suelo llamar “burrocracia”. Si tan sólo los panameños supiésemos el daño que causa a todos esa complicación y lentitud excesiva en la realización de las gestiones gubernamentales, particularmente en las que depende la administración de un estado. Peor aún, es que gran parte de la ciudadanía celebra la burrocracia y desdeña el emprendimiento y la ejecución.
Suárez también se refiere a la “digitalización” que está caracterizando ese “nuevo normal” en que estamos entrando. Pero va más allá y señala con gran tino al decir: “Lo que no podemos es digitalizar lo que no sirve.” Detrás de esta advertencia hay mucho que no se dice y que deberíamos entender. Y es que el malandar del estado profundo y su cuarto poder ha caminado tanto por oscuros pasillos que ya no puede encontrar la salida. Son tantos los que creen que un nuevo presidente puede sacarnos adelante y cambiar la corrupción. ¡Es ingenuo! Si la ciudadanía no toma conciencia y exige la reducción del estado exagerado, no queda otra salida más que las muy tristes del colapso.
Sin embargo, y la vida está llena de “sin embargos”, debo discrepar con un comentario que hizo Suárez al sentenciar que “…todo el apoyo a los más vulnerables empieza por la generación de ingresos fiscales…”; lo cual debo rechazar enérgicamente, dado que, precisamente, la vulnerabilidad de los vulnerables ha sido creada por el gobierno exagerado, desviado y corruptor. A diferencia de la actividad productiva liderada por inversionistas y ejecutivos por todo el país, lo único que puede hacer el estado para coadyuvar y abrir escapes a la vulnerabilidad, es circunscribir su actividad a lo que es propio de la gobernanza; y lo que vemos en Panamá está años luz de ello. Es el estado que ha creado la vulnerabilidad y dar más fondos fiscales sería contribuir a semejante crimen.
Felicito a la presidente de la APEDE por sus enfoques iniciales y también cuando termina haciendo llamado a la libertad de empresa. El problema es que esa libertad de empresa resulta ser igual y opuesta al tamaño e intervencionismo estatal.
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