Escribí y publiqué un libro intitulado “Educación ¿estatal o particular?” y con el pasar del tiempo cada día veo que los caminos chuecos son difíciles de enderezar; y, cada vez me recuerdan el poema que nos legó nuestro padre, Irving H. Bennett, del autor Sam Walter Foss, intitulado El Sendero de la Vaca, el cual traduje al castellano y publiqué con algunos comentarios y que voy a volver a publicarlo a la par de este escrito de hoy sobre el sendero del adoctrinamiento educativo que destruye a nuestra sociedad.
El periodista y académico israelí Eliezer Ben-Yehuda, quien arribó a Jerusalén en 1881 y dedicó su vida a crear 17 volúmenes de un diccionario hebrero, nos legó un vital mensaje acerca de la importancia del idioma en la educación y la cultura. Hoy, que veo con inmensa tristeza un Panamá en el cual los graduados de secundaria no saben leer ni escribir, recaigo sobre las razones de algo tan absurdamente brutal que es la educación centralizada en gobiernos corruptos hasta sus médulas.
En el artículo de Paula Jacobs que me motivó a una vez más abordar el tema de la educación, mayormente enfocado a través del idioma, Jacobs destaca el que la juventud israelí de hoy, apenas un 13% entiende las palabras del alfabeto hebreo. ¿Qué porcentaje en Panamá entiende las palabras del castellano?: cuando en nuestro país llamamos “invierno” al verano e “verano al invierno”; y, peor aún, nos enseñan que sólo tenemos 2 estaciones, con lo cual nos roban las primaveras y los otoños.
Pero, mucho más allá de las aulas del NODUCA panameño, vemos la triste situación de los diccionarios de nuestro idioma. La RAE, por ejemplo, dedica 78 palabras para dar significado al vocablo “etimología”, mientras que el Merriam-Webster le dedica 329 palabras y 3 artículos que abordan el término. Y… hoy que toda Latinoamérica se está mudando a los EE.UU. ¿qué será de nuestro idioma? Y mucho peor, de nuestra capacidad de comunicarnos y entendernos.
Luego, en un artículo de Paula Jacobs, nos cuenta el caso de Elana Simon casada don esposo judío y con un padre afrodescendiente, que viviendo en Brooklyn no logra encontrar una escuela que llene los cometidos de la familia. Buscaban un ambiente inclusivo, que no sólo abordara la oración sino la comunicación. Entender lo que leen o las palabras que escuchan en canciones. Finalmente encontraron una escuela en la cual las maestras lograban enseñar de manera entretenida, que es el secreto de la educación; es decir, la emoción.
También cuenta Jacobs que en las escuelas públicas en los EE.UU. está prohibido preguntar a los alumnos acerca de su religión. Nooo, eso es tabú. Y, por otro lado, está la gran importancia de dominar dos o más idiomas dado lo que ello abona en un sentido cognitivo junto con beneficios sociales; lo cual me consta, dado que fui bilingüe desde mi infancia. ¡Ha sí!, y antes que se me pase, por muchos años me dediqué a la docencia, habiendo fundado dos escuelas, una privada y otra gubernamental conjuntamente con el PNUD y la OACI.
Y reiterando el tema del lenguaje, de entender las palabras desde su origen; ninguna sociedad puede avanzar sanamente si no logran la capacidad de comunicación y entendimiento que ello lleva implícito.
En fin, nuestro inmenso error fue haber delegado la educación de nuestros hijos al centralismo; a esa desorganización gubernamental corroída totalmente e incapaz de cumplir con semejante encargo. La solución es simple… descentralizar, por no usar el odiado vocablo de “privatizar”. Dicho simple: en el NODUCA no existe la riqueza de la desigualdad; y, si no entiendes eso, olvida lo que acabas de leer.
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