Definitivamente que para lograr mejor entendimiento de las cosas hace falta visitarlas constantemente. Lo curioso es que cuando ya creemos que entendemos algún tema, la realidad del mundo nos pone en jaque al demostrarnos que no, que aún nos falta mucho por aprender. Tal es el caso de los derechos humanos, que día a día vemos a tantos que pretenden que la manta se estire más para arropar como “derecho” cosas que no lo son.
A los demagogos del mundo les resulta fácil y “provechoso” declarar con fervor religioso que la atención de salud es un derecho humano, dado que lo contrario suena inhumano, y, en cierto sentido tienen razón; “suena inhumano”. Es como el agua, en dónde todos tenemos derecho al acceso, pero no a que te lo lleven potabilizado a casa de manera gratuita. Pero… gratuita no es.
Entonces ¿qué hemos de entender por “derecho humano”. En el caso de los cuidados de salud deberíamos comenzar por definirlos y veremos que de inmediato el asunto se complica y ya no es sólo asunto de definir lo que es derecho humano sino… ¿qué entendemos por “cuidado de salud”?
En realidad, el problema es como el cuento de los tres amigos que en medio de un viaje llegan a una posada y piden cuarto. El posadero les alquila el cuarto por $30 y les dice que vayan que les manda las maletas con el botones. Ya con los huéspedes camino al cuarto, el posadero cambia de parecer respecto al precio, pues quiere que los clientes vuelvan en un futuro, y decide descontarles $5 de los $30. El hospedero da al botones los $5 para que los reparta a los huéspedes. Camino a llevar las maletas y los $5, el botones, no ve cómo repartir 5 entre 3, decide quedarse con $2 y dar a cada huésped $1. Ahora lo interesante. Si los 3 pagaron $30 y a cada uno les devolvieron $1, quiere decir que cada uno pagó $9. 9×3=27… más los dos que se tomó el botones suman 29. ¿Dónde quedó el $1 que falta para los $30?
Saque usted cuentas, pero la moraleja que nos queda es que siempre nos encontramos con quienes enredan hasta lo que parece imposible de enredar. El asunto está en cómo planteamos las cosas y en el planteamiento sembramos la falsedad.
Los problemas de los cuidados de salud se atascan en el lodazal de lo irreal cuando el estado y sus gobiernos se quedan sin plata para pagar el engaño. La pretensión, por ejemplo, ¿de darle cuidado de salud a quienes viven en zonas remotas, sin caer en aquello de la escogencia de ganadores y perdedores? Si estás más cerquita tienes más derecho humano; y así la cosa va perdiendo sentido.
Los auténticos derechos humanos son naturales y tienen tres componentes: el derecho a existir, a vivir libre, y el derecho a la propiedad; tres cosas que no te las da nadie, sino que nadie tiene derecho a quitarlas. Cosa muy diferente es el agua o derecho de salud, que supone que otro está obligado a proveer.
Más allá, sí podemos presuponer que, en la medida de lo posible, tecnológica y económicamente, el conjunto social debe procurar los medios y políticas para promover mayor atención de salud asequible. Sin embargo, ¿qué decir de nuestra supuesta CSS, que no es más que una empresa privada intervenida y prostituida por los politicastros? esa que cada día se acerca más al colapso final.
Todo ello es una inmoralidad de confiscación, parte y reparte. De engaño de politicastros demagogos que se aprovechan de la mentalidad de semovientes que van conformando una dictadura de las mayorías. Es decir que… es derecho porque si lo niegas te aplastamos acusándote de inhumano; sin importar que sea irreal.
Add Comment