Recientemente, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) solicitó a Amazon detalles sobre su acuerdo con la startup de inteligencia artificial (IA) Adept, lo que refleja la creciente preocupación del regulador sobre cómo se estructuran estos acuerdos. La solicitud sigue una revisión más amplia de las asociaciones entre las grandes tecnológicas y startups prominentes en el campo de la IA.
El interés de la FTC se centra en el anuncio del mes pasado de que el CEO de Adept, David Luan, y otros ejecutivos se unirían a Amazon, que también licenciaría parte de la tecnología de la startup. Si bien estas indagaciones no siempre resultan en una investigación oficial o en medidas coercitivas, señalan la vigilancia constante sobre las actividades de las grandes tecnológicas en el ámbito de la IA.
Amazon busca alcanzar a sus rivales Google y Microsoft, que ya han avanzado significativamente en el desarrollo de modelos de lenguaje de gran escala. Para ello, ha creado un equipo dedicado a la Inteligencia General Artificial (AGI), con Luan liderando el equipo de “AGI Autonomy” junto con muchos ex empleados de Adept.
Fundada en 2022, Adept levantó más de $400 millones de inversores de capital de riesgo con el objetivo de entrenar modelos de lenguaje para realizar tareas generales para clientes empresariales. Sin embargo, a pesar de su valoración inicial de más de mil millones de dólares y de lanzar algunos modelos de código abierto, no logró lanzar productos comerciales exitosos.
Este movimiento de Amazon no es su primera incursión en el campo de la IA. Desde septiembre, ha invertido $4 mil millones en la startup Anthropic, tomando una participación minoritaria. La FTC también está investigando movimientos similares de Microsoft, quien contrató a gran parte del liderazgo de otra startup, Inflection AI, y acordó pagar una tarifa de licencia de aproximadamente $650 millones.
La expansión de las grandes tecnológicas en el ámbito de la IA plantea varias preocupaciones. Por un lado, existe el riesgo de que estas empresas utilicen su ventaja existente para excluir a competidores más pequeños, lo que podría sofocar la innovación en el sector. La concentración de talento y tecnología en pocas manos puede llevar a un dominio de mercado que reduzca la diversidad de soluciones y enfoques.
Por otro lado, hay preocupaciones sobre el posible control excesivo que una alianza entre una gran tecnológica y el estado, potenciada por la IA, podría ejercer. Si una empresa como Amazon, con sus vastos recursos y capacidades tecnológicas, se alía con el estado, el resultado podría ser una supervisión y un control sin precedentes sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos, desde el comercio hasta la privacidad de los datos.
Para mitigar estos riesgos, es crucial que existan mecanismos que garanticen efectivamente la libre competencia y la protección de los derechos individuales. El mercado puede defenderse fomentando la competencia y la transparencia. Las autoridades deben garantizar que las adquisiciones y asociaciones se realicen de manera que no perjudiquen a los competidores más pequeños y que no se abuse del poder dominante, especialmente cualquier alianza con gobiernos.
Además, es fundamental promover un entorno donde las startups y las pequeñas empresas puedan prosperar, incentivando la innovación y la diversidad de soluciones tecnológicas. La regulación debe equilibrar la promoción de la innovación con la protección de los consumidores y la competencia.
La alianza de Amazon con Adept podría traer avances significativos en la tecnología de IA, pero también plantea serias preocupaciones sobre la competencia, la innovación y el control. Es imperativo que tanto los reguladores como la sociedad en general permanezcan vigilantes y proactivos para asegurar que el desarrollo de la IA beneficie a todos y no solo a unos pocos jugadores dominantes y que precisamente no sean los gobiernos centrales los mayores beneficiados frente al indefenso ciudadano.
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