Como ya hemos comentado, la Pandemia no sólo es un virus afectando la salud; afecta la economía entera, cuya manifestación más dolorosa es la pérdida de trabajos. El covid-19 hará desaparecer globalmente, solo entre abril y junio de este año, el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida de 195 millones de puestos a tiempo completo, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El documento prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe pierda 14 millones de puestos de trabajo, mientras que Centroamérica verá destruidos 3 millones de empleos.
“En términos de empleo en riesgo, en América Latina tenemos identificado que un 44% de los trabajadores lo hacen en sectores que consideramos que tienen un alto riesgo”, afirma Roger Gomis, economista de la OIT y colaborador en la redacción del informe. Esta es una cifra sustancialmente más alta que la media global, situada en el 38% de la fuerza de trabajo global.
Ante estas cifras aterradoras, las únicas medidas gubernamentales que se vislumbran por ahora son sólo paliativas, programas específicos para esos trabajadores cesantes, realizando transferencias de efectivo para compensar los ingresos perdidos, o la provisión de bienes de primera necesidad.
Pero ese dinero se acabará pronto, dado que se consumen de una vez, no hay producción, o sea, un flujo que constantemente alimente el ahorro y consumo, motores de una economía sana. ¿Entonces qué? Solo estamos separados del pánico por las estadísticas por los informes lentos de las autoridades y un Código laboral que no responde ni a las necesidades actuales, ni a las que vendrán. Tarde o temprano tendremos que mirar una nueva realidad ante los ojos.
Pero esa propuesta la dejaremos para más adelante. Ahora les vamos a contar cómo lo están haciendo en República Checa, un país que no sólo es un éxito por cómo está aplanando su curva, sino porque es uno de los pocos que sólo ha disminuido un 5 % de su fuerza laboral.
El interesante proyecto se denomina “Preservar el trabajo” y su “contraseña” es ” No pierdas a los trabajadores, sino compártelos”. La iniciativa surgió del esfuerzo de unos emprendedores que se basaron en el hecho de que actualmente hay dos extremos: o las empresas tienen completamente caída su actividad por el volumen de negocios y no saben qué hacer con los empleados (hoteles, restaurantes por ejemplo) o hay empresas que, probablemente, en forma temporal están muy necesitadas de empleados (cajeros, despachadores de mercancías, almacenadoras, etc.). El objetivo de la plataforma no sorprendería a nadie: reducir los costos de transacción y vincular mejor la oferta con la demanda.
Esta genial idea, fue inmediatamente tomada por el Vicepresidente del Comité Económico y el Presidente del Subcomité de TIC, Telecomunicaciones y Economía Digital de la Cámara de Diputados del Parlamento de la República Checa, Martin Jiránek, del Partido Pirata.
El objetivo es una economía compartida. El concepto: no despedir a los empleados, prestarlos a otro empresario; o mejor dicho, se la llama asignación temporal de un empleado: un acuerdo sobre el “préstamo” temporal de un empleado para trabajar con otro empleador. Un empleado en comisión de servicio sigue siendo un trabajador del empleador original, pero la empresa a la que está asignado le da el trabajo. En la práctica, un “préstamo de trabajadores” temporal funcionará para que, durante el tiempo de la asignación, el nuevo empleador le otorgue trabajos, organice, administre y controle su trabajo, así como a sus trabajadores principales. Lo importante es que se mantenga la relación laboral existente. El empleador original factura los costos salariales del empleador temporal y los sueldos de los trabajadores temporales. Esto le ahorra dinero, sin perder la inversión en sus trabajadores experimentados. Por supuesto, el empleado debe aceptar la asignación o su pase temporal al otro empleador. Las condiciones laborales y salariales de un empleado asignado temporalmente a otro empleador no deben ser peores que las de sus empleados existentes.
La Cámara de Comercio Checa se unió a la iniciativa y pidió a las empresas que ofrezcan a sus empleados a otras empresas en lugar de despidos debido a medidas gubernamentales contra el coronavirus . Las empresas tienen una línea telefónica gratuita para la oferta y la demanda de trabajo y también pueden usar la aplicación en línea de los emprendedores, llamada WorkLinks.com. Los sindicatos y el gobierno apoyan en conjunto este proyecto surgido de la iniciativa privada y por ahora les está funcionando. Por ejemplo, el Grupo de Transporte Škoda está reclutando actualmente a través de este sistema y muchas empresas paradas les están proveyendo sus trabajadores, en una auténtica relación de ganar-ganar.
Imaginemos ahora mismo la situación en Panamá: mientras la mayor parte de empresas relacionadas al turismo, malls, restaurantes, están cesando trabajadores, hay otras que temporalmente necesitan empleados, por ejemplo los deliveries, los supermercados online que necesitan procesar mayores pedidos ahora que la gente no puede salir. Si se pudiera “traspasar o prestar” algunos trabajadores de estas primeras compañías a que vayan a empacar, entregar, en fin, hacer logística mientras dure la crisis, o apoyar otras tareas contables o lo que se requiera, quizás habría menos desempleo temporal, mientras pensamos seriamente la necesaria reforma a futuro del Código laboral, si no queremos que realmente la crisis nos termine de hundir. Aprendamos de los que lo hacen bien. Aprendamos por ahora de los checos, que a su vez aprendieron duramente lo que fue el comunismo, a donde juraron firmemente no regresar nunca más.
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