El último discurso del presidente argentino, Mauricio Macri, valoró fundamentalmente el haber logrado una reducción en el nivel de pobreza en el año 2017, que según los datos pertinentes se habría reducido del 28% al 25%. Y asimismo repitió que su propuesta de política nacional es el de reducir la pobreza a cero, lo que manifestó como el proyecto pincipal de su política. Lo que no explicó es cuál es la política a seguir para lograr ese objetivo.
Al respecto voy a comenzar refiriéndome a algunas consideraciones de Ayn Rand que estimo trascendentes ante el mundo en que vivimos, en el cual la izquierda ha monopolizado la ética en nombre de la supuesta igualdad y los derechos del pueblo. Olvidando que cuando los derechos son del pueblo ni Ud. ni yo tenemos derechos. Ya debemos de saber que los derechos del pueblo son la retórica izquierdista para lograr el poder absoluto violando los derechos individuales.
Y así dice Ayn Rand: “El principio básico del altruismo es que el hombre no tiene derecho a vivir por su propio motivo, y que su servicio a los demás es la única justificación de su existencia”. Esperemos, entonces, que el proyecto de Macri no esté basado en el altruismo. Ya con el pensamiento de Kant al respecto de que la búsqueda de la felicidad es deshonesta pues se hace por interés y no por deber, determinó el principio básico del Iluminismo que creara el totalitarismo europeo, como la racionalización del despotismo. Por supuesto que doy por sentado que Macri no pretende un proyecto de esa naturaleza, pero es imprescindible determinar cuáles son los principios en que basa el logro de la eliminación de la pobreza.
Entonces voy a insistir en el pensamiento de Ayn Rand al respecto del capitalismo: “Comparado con los siglos de hambre pre capitalista, las condiciones de vida de los pobres en los primeros años del capitalismo fue la primera oportunidad que los pobres tuvieron de sobrevivir”.
En virtud de esa realidad surge la descalificación de Marx del capitalismo como la explotación del hombre por el hombre, que constituye el desconocimiento del sistema que cambió la historia del mundo y que fuera el Rule of Law, cuyo principio fundamental es el respeto por los derechos individuales “a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la propia felicidad”. Y asimismo el reconocimiento de la naturaleza humana para decidir la necesidad de limitar el poder político, pues como reconoció John Locke: “Los monarcas también son hombres”.
El Rule of Law es un sistema ético político y al respecto me voy a volver a referir al Locke que dijo: “Lo que importa no es la Ley, sino que ley” Y al respecto Hayek se refirió claramente cuando escribió: No es lo mismo una ley que regula el tránsito, que una que ordena donde tenemos que ir”.
El respeto al derecho a la búsqueda de la propia felicidad es como reconociera Locke el principio fundamental de la libertad. Así fue reconocido por Adam Smith en su visión de la llamada mano invisible conforme a la cual el individuo beneficia más a la sociedad en la persecución de su propio interés que aquellos que pretenden actuar por el bien público. Y al respecto Vaclav Ravel dijo: “La riqueza de las naciones depende de la libertad de sus habitantes, no de la fertilidad de sus tierras”.
Por todo lo dicho anteriormente es indudable que la eliminación de la pobreza requiere la implementación del sistema que crea riqueza, y que no se basa en la generosidad del gobierno. Ya debiéramos saber que hay una correlación inversa entre e nivel del gasto público y la tasa de crecimiento económico. Por tanto la conditio sine qua non del propósito de Macri de la eliminación de la pobreza requiere la reducción del gasto público.
El otro factor que afecta la posibilidad del crecimiento económico es la tendencia socialista a la búsqueda de la igualdad. Como bien dijera Karl Popper: “Me percaté que en la búsqueda de la igualdad se perdía la libertad, y después no había igualdad entre los no libres”. Pero al respecto vale recordar las sabias palabras del Papa León XIII que en 1891 escribió la encíclica Rerum Novarum donde dijo: “En la sociedad civil no pueden ser todos iguales los altos y los bajos. Afánanse en verdad, por ella los socialistas; pero vano es ese afán y contra la naturaleza misma de las cosas. Porque ha puesto en los hombres la naturaleza misma grandísimas y muchísimas desigualdades. No son iguales los talentos de todos, ni igual el ingenio, ni la salud, ni las fuerzas; y la necesaria desigualdad de estas cosas sigue espontáneamente la desigualdad en la fortuna. La cual es por cierto conveniente a la utilidad, así de los particulares como de la comunidad”. Como vemos León XIII había aceptado la mano invisible de Adam Smith y hoy lamentablemente el Papa Francisco parece no haber leído la Rumrum Novaran.
Hoy a mi juicio seguimos en una confusión prístina a la que se ha añadido la situación de China. La China bajo un gobierno supuestamente comunista crece a tasas inconmensurables y ha pasado a ser la segunda economía mundial. Y en ese proceso ha logrado sacar a 300 millones chinos de la pobreza. Esa situación aparentemente nos deja perplejos ante el hecho de que la Unión Europea democráticamente prácticamente no crece hace más de diez años.
Yo me permito concluir al respecto que la China es hoy más capitalista que la Unión Europea, que se encuentra en manos del socialismo democrático. O sea Marx, Eduard Bernstein mediante. Según la última información al respecto el gasto público en China alcanza al 31% del PBI en tanto que el promedio en la Unión Europea alcanza al 47,5% del PBI Y en Francia al 56% del PBI. Otro dato importante al respecto es que el 40% de la inversión extranjera va a la China. Por ello no puedo menos que concluir que desde el autoritarismo de Xi Jimping se respetan los derechos de propiedad y de la búsqueda de la felicidad.
Entonces volviendo a la situación de Macri insisto que lo que crea la pobreza no es la desigualdad tal como lo reconoció Margaret Thatcher en Inglaterra, sino la falta de creación de riqueza. Y esta depende del derecho de propiedad que está siendo violado fácticamente por el incremento inusitado del nivel del gasto público. Y recordemos Churchill cuando escribió: “El socialismo es una filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y el evangelio de la envidia. Su virtud inteligente es el reparto igualitario de la miseria”.
Decididamente Macri no está en esa era, y por ello uno de sus aportes fundamentales al cambio ha sido la restauración de la seguridad jurídica y el restablecimiento de la confianza en Argentina en el orden externo. Por ello la oposición tradicional argentina lo ataca por estar de parte de los ricos. Y la realidad es que son los ricos ante la seguridad jurídica los que generan riqueza. Cuando por el contrario. en nombre de los pobres se violan los derechos de propiedad, se genera más pobreza y la única riqueza es la que queda en las manos de los que la reparten.
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